La zarza es una planta que se menciona en la Biblia en varias ocasiones. Aparece por primera vez en el libro del Éxodo, donde Dios se le aparece a Moisés en una zarza ardiente y le encarga que libere a los israelitas de la esclavitud en Egipto. Desde entonces, la zarza ha sido objeto de interpretaciones y simbolismos en la tradición judeocristiana.
La palabra "zarza" proviene del latín "sarcire", que significa "reparar" o "coser". En la Biblia hebrea, la palabra que se utiliza para referirse a la zarza es "seneh". Esta palabra aparece en varios pasajes bíblicos, como en el episodio de la zarza ardiente en el Éxodo o en la visión de Amós, donde se describe a Dios como "el que hace las Pléyades y el Orión, y cambia en aurora la sombra de la muerte, y convierte el día en tinieblas, y llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su nombre; el que hace caer de lo alto de la tierra, y hace que se seque la hierba; el que convierte en zarza el lugar llano, y hace que se levanten sus ramas".
La zarza, por lo tanto, es una planta que crece en lugares de difícil acceso y que se caracteriza por sus espinas. En la Biblia, se utiliza como un símbolo de la humildad y de la fragilidad humana. En la zarza ardiente, Dios se revela a Moisés como un Dios que está presente en medio de la humildad y de la debilidad de su pueblo. La zarza, además, es un símbolo de la protección divina. En el Salmo 91, se dice que "el que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente" y que "con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad". La imagen de la zarza como un lugar de protección se repite en el Cantar de los Cantares, donde se dice que "yo soy la rosa de Sarón, y el lirio de los valles. Como el lirio entre los espinos, así es mi amada entre las doncellas".
En el Nuevo Testamento, la zarza sigue siendo un símbolo de la humildad y de la protección divina. En la parábola del sembrador, Jesús habla de una semilla que cae entre espinos y no puede crecer porque los espinos la ahogan. Esta imagen se utiliza para representar a las personas que escuchan la palabra de Dios pero que se dejan atrapar por las preocupaciones del mundo y las riquezas. En cambio, en la parábola de la vid verdadera, Jesús se presenta a sí mismo como la vid y a sus seguidores como los sarmientos que deben permanecer unidos a él para dar fruto. "Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo sarmiento que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo el que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto".
En resumen, la zarza es un símbolo importante en la Biblia que representa la humildad, la protección divina y la fragilidad humana. Aparece en varios pasajes bíblicos, desde la zarza ardiente en el Éxodo hasta las parábolas de Jesús en el Nuevo Testamento. Su presencia en la Biblia nos recuerda que Dios está presente en medio de nuestras debilidades y que nos protege con su amor y su misericordia.
Última actualización: 13 mayo, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de zarza:
Génesis 22:13
Entonces alzó Abraham sus ojos y miró, y he aquí a sus espaldas un carnero trabado en un zarzal por sus cuernos; y fue Abraham y tomó el carnero, y lo ofreció en holocausto en lugar de su hijo.
Éxodo 3:3
Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema.
Jueces 9:14
Dijeron entonces todos los árboles a la zarza: Anda tú, reina sobre nosotros.
Jueces 9:15
Y la zarza respondió a los árboles: Si en verdad me elegís por rey sobre vosotros, venid, abrigaos bajo de mi sombra; y si no, salga fuego de la zarza y devore a los cedros del Líbano.
Isaías 7:19
y vendrán y acamparán todos en los valles desiertos, y en las cavernas de las piedras, y en todos los zarzales, y en todas las matas.
Isaías 55:13
En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída.
Ezequiel 2:6
Y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde.
Miqueas 7:4
El mejor de ellos es como el espino; el más recto, como zarzal; el día de tu castigo viene, el que anunciaron tus atalayas; ahora será su confusión.
Marcos 12:26
Pero respecto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?
Lucas 20:37
Pero en cuanto a que los muertos han de resucitar, aun Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob.