Angustia es una palabra usada frecuentemente en la Biblia para describir el sufrimiento espiritual, físico y emocional. A menudo se asocia con el temor y la ansiedad, y se refiere a la sensación de desesperación o desamparo ante el sufrimiento o amenazas externas. La palabra proviene del término latino angustia, que significa literalmente "estrechez" o "aprietos". Esta palabra también se usa para describir a aquellos que están en una situación desesperada.
En la Biblia, la angustia se menciona en numerosas ocasiones, como cuando David dice: "¡Estoy angustiado! ¡Oh Dios, ven pronto a salvarme!". Esta angustia se expresa a menudo con imágenes de la oscuridad, como cuando el profeta Jeremías dice: "Mis ojos se nublan con lágrimas; me agitan muchas angustias”. Estas imágenes sugieren que la angustia es una experiencia de desesperación y sufrimiento profundo.
En términos bíblicos, la angustia se relaciona con el pecado y los problemas resultantes de la separación de Dios. El Salmo 88 dice: "¡Señor, mi alma está llena de angustia! Estoy desesperado". Esto sugiere que el pecado puede llevar a una situación de angustia, ya que la separación de Dios trae consigo sufrimiento y desesperación.
Sin embargo, la Biblia también enseña que Dios es compasivo y misericordioso, y puede salvar a aquellos que están angustiados. El Salmo 34 dice: "Los que buscan al Señor no tendrán carencia de ningún bien". Esto sugiere que aquellos que se dirigen a Dios en busca de ayuda y consuelo pueden encontrar el alivio que necesitan.
La Biblia también enseña que Dios está dispuesto a liberar a sus hijos del sufrimiento y la angustia. El Salmo 107 dice: "Los que tienen hambre y sed, buscarán al Señor. Él los liberará de todas sus angustias". Esto sugiere que Dios es capaz de liberar a sus hijos de la angustia y el sufrimiento.
Por lo tanto, el significado bíblico de la palabra "angustia" es el sufrimiento espiritual, físico y emocional que se experimenta cuando uno se separa de Dios. La Biblia también enseña que Dios es un Dios de compasión y misericordia que puede salvar a aquellos que están angustiados y liberarlos de su sufrimiento.
Última actualización: 07 marzo, 2022
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de angustia:
Génesis 35:3
Y levantémonos, y subamos a Bet-el; y haré allí altar al Dios que me respondió en el día de mi angustia, y ha estado conmigo en el camino que he andado.
Génesis 42:21
Y decían el uno al otro: Verdaderamente hemos pecado contra nuestro hermano, pues vimos la angustia de su alma cuando nos rogaba, y no le escuchamos; por eso ha venido sobre nosotros esta angustia.
Deuteronomio 31:17
y se encenderá mi furor contra él en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán consumidos; y vendrán sobre ellos muchos males y angustias, y dirán en aquel día: ¿No me han venido estos males porque no está mi Dios en medio de mí?
Deuteronomio 31:21
Y cuando les vinieren muchos males y angustias, entonces este cántico responderá en su cara como testigo, pues será recordado por la boca de sus descendientes; porque yo conozco lo que se proponen de antemano, antes que los introduzca en la tierra que juré darles.
Jueces 16:16
Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia.
1 Samuel 10:19
Pero vosotros habéis desechado hoy a vuestro Dios, que os guarda de todas vuestras aflicciones y angustias, y habéis dicho: No, sino pon rey sobre nosotros. Ahora, pues, presentaos delante de Jehová por vuestras tribus y por vuestros millares.
2 Samuel 1:26
Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán, Que me fuiste muy dulce. Más maravilloso me fue tu amor Que el amor de las mujeres.
2 Samuel 4:9
Y David respondió a Recab y a su hermano Baana, hijos de Rimón beerotita, y les dijo: Vive Jehová que ha redimido mi alma de toda angustia,
2 Samuel 24:14
Entonces David dijo a Gad: En grande angustia estoy; caigamos ahora en mano de Jehová, porque sus misericordias son muchas, mas no caiga yo en manos de hombres.
1 Reyes 1:29
Y el rey juró diciendo: Vive Jehová, que ha redimido mi alma de toda angustia,