La palabra virginidad es un término que tiene un significado muy importante en la Biblia. En su sentido más básico, la virginidad se refiere a la condición de no haber tenido relaciones sexuales. Sin embargo, en el contexto bíblico, este concepto va más allá de la abstinencia sexual y se relaciona con un estado de pureza y dedicación a Dios.
La palabra "virginidad" tiene su origen en el latín "virgo", que significa "mujer joven". En la Biblia, la palabra que se utiliza para referirse a la virginidad es "betulah" en el Antiguo Testamento y "parthenos" en el Nuevo Testamento.
En el Antiguo Testamento, la virginidad se consideraba un valor muy importante, especialmente en el contexto de la cultura judía. Se esperaba que las mujeres se mantuvieran vírgenes hasta el matrimonio como una muestra de pureza y fidelidad a Dios. La pérdida de la virginidad antes del matrimonio se consideraba un pecado y podía tener graves consecuencias sociales y religiosas.
En el libro de Deuteronomio, se establecen leyes específicas sobre la virginidad de las mujeres. Deuteronomio 22:13-21 habla sobre el caso de una mujer que se casa y luego se descubre que no era virgen. En ese caso, la mujer era acusada de haber sido promiscua antes del matrimonio y se le imponía la pena de muerte por lapidación.
En el Nuevo Testamento, la virginidad adquiere un significado aún más profundo. El apóstol Pablo habla sobre la importancia de la virginidad en 1 Corintios 7:25-38. En este pasaje, Pablo aconseja a los creyentes que permanezcan solteros o viudos para dedicarse completamente a Dios. Considera que la virginidad es un estado de pureza que permite una mayor dedicación a Dios y a su obra.
Es importante destacar que la virginidad no es un requisito para la salvación o el favor de Dios. La Biblia enseña que todos somos pecadores y necesitamos del perdón y la gracia de Dios. La virginidad es un valor importante en el contexto bíblico, pero no es el único factor que determina nuestra relación con Dios.
En resumen, la virginidad en la Biblia se refiere a la condición de no haber tenido relaciones sexuales, pero va más allá de eso. Es un estado de pureza y dedicación a Dios. En el Antiguo Testamento, se consideraba un valor importante y la pérdida de la virginidad antes del matrimonio era vista como un pecado. En el Nuevo Testamento, la virginidad adquiere un significado aún más profundo, como un estado de pureza que permite una mayor dedicación a Dios. Sin embargo, es importante recordar que la virginidad no determina nuestra relación con Dios, ya que todos somos pecadores y necesitamos de su gracia y perdón.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de virginidad:
Deuteronomio 22:15
entonces el padre de la joven y su madre tomarán y sacarán las señales de la virginidad de la doncella a los ancianos de la ciudad, en la puerta;
Deuteronomio 22:17
y he aquí, él le atribuye faltas que dan que hablar, diciendo: No he hallado virgen a tu hija; pero ved aquí las señales de la virginidad de mi hija. Y extenderán la vestidura delante de los ancianos de la ciudad.
Deuteronomio 22:20
Mas si resultare ser verdad que no se halló virginidad en la joven,
Jueces 11:37
Y volvió a decir a su padre: Concédeme esto: déjame por dos meses que vaya y descienda por los montes, y llore mi virginidad, yo y mis compañeras.
Jueces 11:38
Él entonces dijo: Ve. Y la dejó por dos meses. Y ella fue con sus compañeras, y lloró su virginidad por los montes.
Lucas 2:36
Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad,