La palabra persecución tiene un significado profundo en la Biblia y es un tema recurrente a lo largo de las Escrituras. En su sentido más básico, la persecución se refiere a la acción de perseguir o acosar a alguien debido a su fe, creencias o prácticas religiosas. Sin embargo, su significado va más allá de eso y está impregnado de una carga espiritual y simbólica.
El origen etimológico de la palabra persecución proviene del latín 'persequi', que significa 'perseguir' o 'seguir a alguien'. En la Biblia, se utiliza para describir el sufrimiento y la oposición que enfrentan los creyentes por causa de su fe en Dios. La persecución puede manifestarse de diversas formas, desde la discriminación hasta la violencia física, y puede ser llevada a cabo tanto por individuos como por gobiernos o instituciones.
La persecución en la Biblia tiene sus raíces en el Antiguo Testamento, donde los profetas y los justos eran perseguidos por su fidelidad a Dios. Un ejemplo destacado es el profeta Elías, quien fue perseguido por la reina Jezabel debido a su oposición a la idolatría y su defensa de la verdadera fe en Yahvé.
En el Nuevo Testamento, Jesús habló ampliamente sobre la persecución y advirtió a sus seguidores que serían perseguidos por causa de su nombre. En el Sermón del Monte, Jesús dijo: "Bienaventurados serán cuando por mi causa os insulten, os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo". (Mateo 5:11)
La persecución también se relaciona con el sufrimiento de Jesús en la cruz. Jesús fue perseguido, arrestado y condenado a muerte por las autoridades religiosas y políticas de su tiempo. Su crucifixión fue el máximo acto de persecución y se convirtió en un símbolo de redención y salvación para todos los creyentes.
En el contexto bíblico, la persecución no se ve como algo a evitar, sino como una realidad que los creyentes deben enfrentar y superar. La persecución puede fortalecer la fe y ser vista como una oportunidad para dar testimonio del amor y la verdad de Dios.
Es importante destacar que la persecución no es exclusiva de la época bíblica, sino que continúa en la actualidad. En muchas partes del mundo, los cristianos y creyentes de otras religiones son perseguidos por su fe. La persecución puede tomar diferentes formas, desde la discriminación social hasta la violencia física y la muerte.
En resumen, la persecución en la Biblia tiene un significado profundo y está arraigada en la experiencia de los creyentes a lo largo de la historia. La palabra en sí misma proviene del latín y se refiere a la acción de perseguir o acosar a alguien. La persecución en la Biblia se relaciona con el sufrimiento y la oposición que enfrentan los creyentes por causa de su fe en Dios. Aunque la persecución puede ser dolorosa y difícil de enfrentar, también puede ser una oportunidad para crecer en la fe y dar testimonio del amor de Dios.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de persecución:
Lamentaciones 5:5
Padecemos persecución sobre nosotros; Nos fatigamos, y no hay para nosotros reposo.
Mateo 10:16
Persecuciones venideras He aquí, yo os envío como a ovejas en medio de lobos; sed, pues, prudentes como serpientes, y sencillos como palomas.
Marcos 4:17
pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan.
Marcos 10:30
que no reciba cien veces más ahora en este tiempo; casas, hermanos, hermanas, madres, hijos, y tierras, con persecuciones; y en el siglo venidero la vida eterna.
Hechos 8:1
Saulo persigue a la iglesia Y Saulo consentía en su muerte. En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria, salvo los apóstoles.
Hechos 13:50
Pero los judíos instigaron a mujeres piadosas y distinguidas, y a los principales de la ciudad, y levantaron persecución contra Pablo y Bernabé, y los expulsaron de sus límites.
1 Corintios 4:12
Nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos; nos maldicen, y bendecimos; padecemos persecución, y la soportamos.
Gálatas 5:11
Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz.
Gálatas 6:12
Todos los que quieren agradar en la carne, estos os obligan a que os circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo.
2 Timoteo 3:12
Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;