La discusión es un término que tiene un significado profundo en el contexto bíblico. En la Biblia, la palabra discusión se refiere al acto de debatir o argumentar sobre un tema en particular. Sin embargo, su significado va más allá de simplemente intercambiar opiniones o puntos de vista.
La etimología de la palabra discusión proviene del latín "discussio", que significa "examinar detenidamente" o "investigar a fondo". Este término se utiliza en la Biblia para describir el proceso de analizar y discernir la verdad a través del intercambio de ideas y argumentos.
El origen de la discusión en la Biblia se remonta a los tiempos del Antiguo Testamento, donde se ve como una herramienta para resolver disputas y conflictos. En muchos pasajes bíblicos, se menciona la importancia de la discusión como una forma de buscar la sabiduría y llegar a la verdad.
Por ejemplo, en Proverbios 18:17 se dice: "El primero en presentar su caso parece tener razón, hasta que llega su adversario y lo somete a un interrogatorio". Este versículo muestra la importancia de escuchar todas las perspectivas en una discusión antes de llegar a una conclusión.
Otro pasaje significativo es Proverbios 27:17, que dice: "El hierro se afila con el hierro, y el hombre en el trato con otro hombre". Esta metáfora destaca cómo el proceso de discusión y debate puede ayudarnos a crecer y mejorar, ya que nos desafía a reflexionar sobre nuestras creencias y fortalecer nuestras convicciones.
La discusión también se menciona en el Nuevo Testamento, donde se enfatiza su importancia para el crecimiento espiritual y la edificación de la comunidad cristiana. En Hechos 17:17, se relata cómo Pablo discutía con los filósofos en el Areópago de Atenas: "Discutía en la sinagoga con los judíos y con los gentiles temerosos de Dios". Este ejemplo muestra cómo la discusión puede ser utilizada como una herramienta para compartir y defender la fe.
En Efesios 4:29, Pablo también alienta a los creyentes a utilizar la discusión de manera constructiva: "No salga de vuestra boca ninguna palabra corrompida, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes". Aquí, se destaca la importancia de tener discusiones que promuevan el crecimiento espiritual y la unidad en la comunidad de creyentes.
En resumen, la discusión en el contexto bíblico va más allá de un simple intercambio de opiniones. Se trata de un proceso de examinar y discernir la verdad a través del debate y la argumentación. La discusión es vista como una herramienta para resolver disputas, buscar la sabiduría y fortalecer la fe. Es un medio para el crecimiento espiritual y la edificación de la comunidad cristiana.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de discusión:
Lucas 9:46
¿Quién es el mayor?(Mt. 18.1-5; Mr. 9.33-37) Entonces entraron en discusión sobre quién de ellos sería el mayor.
Juan 3:25
Entonces hubo discusión entre los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación.
Hechos 15:2
Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión.
Hechos 15:7
Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen.
Hechos 28:29
Y cuando hubo dicho esto, los judíos se fueron, teniendo gran discusión entre sí.
Tito 3:9
Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho.
Hebreos 7:7
Y sin discusión alguna, el menor es bendecido por el mayor.