El término "escándalo" tiene un significado muy relevante en el contexto bíblico, ya que se menciona en varias ocasiones a lo largo de las Sagradas Escrituras. Su origen etimológico proviene del griego "skandalon", que se traduce como "trampa" o "piedra de tropiezo".
En la Biblia, el escándalo se refiere a la acción o comportamiento que provoca una caída espiritual o moral en aquellos que lo presencian o lo experimentan. Es considerado como un obstáculo en el camino hacia la salvación y se presenta como una tentación que puede desviar a las personas del camino recto y hacia el pecado.
El concepto de escándalo en la Biblia está relacionado con la idea de tropiezo o piedra de tropiezo. En el libro de Mateo, Jesús advierte a sus discípulos sobre el peligro del escándalo: "Pero al que haga caer a uno de estos pequeños que creen en mí, le sería mejor que le colgaran al cuello una piedra de molino de las que mueve un asno y lo hundieran en lo profundo del mar" (Mateo 18:6, NVI).
En este pasaje, Jesús enfatiza la gravedad de causar escándalo y advierte sobre las consecuencias que esto puede tener para aquellos que lo provocan. El escándalo no solo afecta a quien lo experimenta, sino también a aquellos que son responsables de causarlo.
El apóstol Pablo también hace referencia al escándalo en sus epístolas. En la carta a los Romanos, Pablo insta a los creyentes a evitar el escándalo y a no poner obstáculos en el camino de los demás: "Por tanto, no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano" (Romanos 14:13, RVR1960).
En este versículo, Pablo muestra la importancia de vivir en armonía con los demás creyentes y de no hacer nada que pueda causar un tropiezo espiritual en ellos. El escándalo no solo se refiere a acciones evidentes de pecado, sino también a cualquier comportamiento que pueda debilitar la fe de los demás o causar división entre los creyentes.
En resumen, el escándalo en el contexto bíblico se refiere a cualquier acción o comportamiento que provoca una caída espiritual o moral en aquellos que lo presencian o lo experimentan. Es considerado como un obstáculo en el camino hacia la salvación y puede desviar a las personas del camino recto y hacia el pecado. Tanto Jesús como el apóstol Pablo advierten sobre las graves consecuencias del escándalo y exhortan a los creyentes a evitarlo y a vivir en armonía con los demás.
Última actualización: 03 febrero, 2024
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