El significado bíblico de la palabra "pedir" es de gran importancia en el contexto de las escrituras sagradas. La palabra "pedir" aparece en numerosas ocasiones en la Biblia y tiene un significado profundo y espiritual para los creyentes.
La etimología de la palabra "pedir" se remonta al latín "petere", que significa "buscar" o "solicitar". En la Biblia, "pedir" se utiliza para referirse a la acción de buscar algo con fervor y humildad, especialmente cuando se trata de una petición dirigida a Dios.
En el contexto bíblico, "pedir" implica un acto de humildad y dependencia de Dios. Se trata de reconocer nuestra necesidad de su intervención y ayuda en nuestras vidas. La Biblia nos enseña que debemos acudir a Dios en oración y presentarle nuestras peticiones, confiando en su poder y providencia.
Uno de los pasajes bíblicos más conocidos sobre el significado de "pedir" se encuentra en el libro de Mateo, donde Jesús enseña a sus discípulos acerca de la importancia de la oración. En Mateo 7:7-8, Jesús dice: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá".
Este pasaje enfatiza la importancia de la fe y la confianza en Dios al pedir y buscar su ayuda. Nos muestra que Dios está dispuesto a escuchar nuestras peticiones y responderlas de acuerdo a su voluntad.
El salmo 37:4 también nos enseña sobre el significado de pedir en la Biblia. Dice: "Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón". Aquí vemos que cuando nos regocijamos en Dios y buscamos su voluntad, él nos concederá las pedidos que alinean con su plan para nuestras vidas.
En el contexto bíblico, pedir también implica una actitud de rendición y sumisión a la voluntad de Dios. Jesús nos dio un ejemplo de esto en el jardín de Getsemaní, cuando oró a Dios diciendo: "Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú" (Mateo 26:39). Aquí vemos que Jesús pidió a Dios que si era posible, lo librara del sufrimiento que estaba por enfrentar, pero al mismo tiempo se sometió a la voluntad del Padre.
En resumen, el significado bíblico de la palabra "pedir" es de gran importancia en el contexto de las escrituras sagradas. Implica un acto de humildad, dependencia y confianza en Dios. Nos enseña a acudir a Dios en oración y presentarle nuestras peticiones, confiando en su poder y providencia. También nos muestra la importancia de buscar la voluntad de Dios y someternos a ella. Que podamos recordar la importancia de "pedir" a Dios en nuestras vidas y confiar en su amor y sabiduría para responder nuestras peticiones.
Última actualización: 03 febrero, 2024
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de pedir:
Éxodo 3:22
sino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huéspeda alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos, los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas; y despojaréis a Egipto.
2 Crónicas 28:16
En aquel tiempo envió a pedir el rey Acaz a los reyes de Asiria que le ayudasen.
Esdras 8:22
Porque tuve vergüenza de pedir al rey tropa y gente de a caballo que nos defendiesen del enemigo en el camino; porque habíamos hablado al rey, diciendo: La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra todos los que le abandonan.
Proverbios 20:4
El perezoso no ara a causa del invierno; Pedirá, pues, en la siega, y no hallará.
Isaías 7:12
Y respondió Acaz: No pediré, y no tentaré a Jehová.
Marcos 6:24
Saliendo ella, dijo a su madre: ¿Qué pediré? Y ella le dijo: La cabeza de Juan el Bautista.
Lucas 12:48
Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá.
Juan 4:10
Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.
Juan 16:26
En aquel día pediréis en mi nombre; y no os digo que yo rogaré al Padre por vosotros,
Romanos 8:26
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.