La palabra "carne" es un término de gran relevancia en la Biblia, que se menciona en numerosas ocasiones a lo largo de las Escrituras. Su significado va más allá de la simple referencia al tejido muscular de los animales o seres humanos, y adquiere un sentido simbólico y espiritual que representa diferentes conceptos y realidades.
Desde el punto de vista etimológico, la palabra "carne" proviene del término latino "caro", que a su vez deriva del griego "sarx". En ambos casos, el significado original se refiere al tejido muscular o a la parte blanda del cuerpo de los seres vivos. Sin embargo, en el contexto bíblico, su sentido se amplía y adquiere una dimensión espiritual.
En la Biblia, la palabra "carne" se utiliza para representar diferentes aspectos y realidades. En primer lugar, se refiere al cuerpo físico del ser humano, como se puede apreciar en pasajes como Génesis 2:23, donde se menciona que la mujer fue formada de la costilla del hombre y se convirtió en su "carne".
Además, la palabra "carne" también se utiliza para referirse a la humanidad en su condición pecaminosa y corruptible. En este sentido, se presenta como una metáfora para describir la naturaleza humana inclinada hacia el mal y separada de Dios. Por ejemplo, en Romanos 8:7-8 se dice que "la mente puesta en la carne es enemiga de Dios, porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede; y los que están en la carne no pueden agradar a Dios".
Asimismo, la palabra "carne" se emplea para representar la fragilidad y temporalidad de la vida terrenal. En este sentido, se utiliza para describir la condición humana limitada y efímera, sujeta a enfermedades, sufrimientos y muerte. Por ejemplo, en Salmos 78:39 se afirma que "él se acordó de que eran carne, un soplo que se va y no vuelve".
Por otro lado, la palabra "carne" también se utiliza en el contexto de los sacrificios y ofrendas en el Antiguo Testamento. En este sentido, se refiere a la carne de los animales que eran ofrecidos como parte del culto y el servicio a Dios. Estos sacrificios tenían como propósito la expiación de los pecados y el restablecimiento de la comunión con Dios.
Finalmente, la palabra "carne" adquiere un significado profundo y trascendental en el contexto del cristianismo. En el Nuevo Testamento, se utiliza para referirse a la encarnación de Jesucristo, es decir, a su venida al mundo en forma humana. En Juan 1:14 se dice que "el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros". Esta encarnación representa la manifestación de Dios en la humanidad de Jesús, quien se hizo uno de nosotros para redimirnos del pecado y reconciliarnos con Dios.
En conclusión, la palabra "carne" tiene un amplio significado en la Biblia, que va más allá de su sentido literal. Representa diferentes aspectos y realidades, como el cuerpo humano, la naturaleza pecaminosa, la fragilidad de la vida terrenal, los sacrificios y ofrendas, y la encarnación de Jesucristo. Su uso simbólico y espiritual nos invita a reflexionar sobre nuestra condición humana y a buscar una relación íntima con Dios.
Última actualización: 03 febrero, 2024
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de carne:
Génesis 2:23
Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; esta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.
Génesis 2:24
Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
Génesis 7:21
Y murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias, y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, y todo hombre.
Génesis 8:17
Todos los animales que están contigo de toda carne, de aves y de bestias y de todo reptil que se arrastra sobre la tierra, sacarás contigo; y vayan por la tierra, y fructifiquen y multiplíquense sobre la tierra.
Génesis 9:4
Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.
Génesis 9:15
Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne.
Génesis 15:9
Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino.
Génesis 17:11
Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros.
Génesis 17:24
Era Abraham de edad de noventa y nueve años cuando circuncidó la carne de su prepucio.
Génesis 17:25
E Ismael su hijo era de trece años, cuando fue circuncidada la carne de su prepucio.