El significado bíblico de la palabra denario es de gran importancia en la comprensión de las enseñanzas y parábolas de Jesús. En la Biblia, el denario es mencionado en varias ocasiones, especialmente en los evangelios, donde se utiliza como una medida de moneda.
La etimología de la palabra "denario" proviene del latín "denarius", que a su vez deriva del latín "deni", que significa "diez". Esto se debe a que originalmente el denario era una moneda romana que equivalía a diez ases, la moneda más pequeña en la antigua Roma. Con el tiempo, el denario se convirtió en una moneda de plata ampliamente utilizada en el Imperio Romano.
En el contexto bíblico, el origen de la palabra denario se encuentra en el Nuevo Testamento, específicamente en los evangelios. En estos relatos, Jesús utiliza el denario en varias enseñanzas y parábolas para transmitir enseñanzas espirituales y morales a sus seguidores.
Por ejemplo, en una de las parábolas más conocidas, la del "trabajador de la viña" (Mateo 20:1-16), Jesús habla de un dueño de una viña que contrata a trabajadores a lo largo del día. Al final del día, todos los trabajadores reciben un denario como salario, independientemente de cuánto tiempo hayan trabajado. Esta parábola busca transmitir la idea de que la gracia y la salvación de Dios no dependen de nuestros esfuerzos o méritos, sino que están disponibles para todos, sin importar cuándo o cómo se hayan unido al Reino de Dios.
Otro ejemplo de la importancia del denario en la Biblia se encuentra en el episodio de Jesús y la pregunta sobre pagar impuestos al César (Mateo 22:15-22). En este pasaje, los fariseos intentan poner a Jesús en una trampa preguntándole si es lícito pagar impuestos al César. Jesús les pide que le muestren una moneda, y ellos le presentan un denario. Jesús entonces responde: "Dad al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios". Esta respuesta muestra la importancia de la obediencia a las leyes civiles, pero también enfatiza la importancia de darle a Dios lo que le corresponde.
El denario también es mencionado en otras ocasiones en los evangelios, como en la parábola del buen samaritano (Lucas 10:25-37) y en las enseñanzas sobre el pago de impuestos en el Templo (Marcos 12:41-44). En cada uno de estos casos, el denario se utiliza como una medida tangible y familiar para transmitir enseñanzas espirituales y morales.
En conclusión, el significado bíblico de la palabra denario es de gran importancia en la comprensión de las enseñanzas y parábolas de Jesús en la Biblia. Su etimología y origen se remontan al latín y al Imperio Romano, pero su significado trasciende lo meramente monetario. El denario se convierte en una medida tangible utilizada por Jesús para transmitir enseñanzas espirituales y morales a sus seguidores, enfatizando la gracia de Dios, la obediencia a las leyes civiles y la importancia de darle a Dios lo que le corresponde.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de denario:
Mateo 20:2
Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.
Mateo 20:10
Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario.
Mateo 20:13
Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario?
Mateo 22:19
Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario.
Marcos 6:37
Respondiendo él, les dijo: Dadles vosotros de comer. Ellos le dijeron: ¿Que vayamos y compremos pan por doscientos denarios, y les demos de comer?
Marcos 14:5
Porque podía haberse vendido por más de trescientos denarios, y haberse dado a los pobres. Y murmuraban contra ella.
Lucas 7:41
Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro cincuenta;
Juan 6:7
Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco.
Juan 12:5
¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?
Apocalipsis 6:6
Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino.