El deseo es una palabra que se utiliza con mucha frecuencia en la Biblia. En hebreo, la palabra para deseo es "ta'avah" y en griego es "epithumia". Ambas palabras tienen un significado similar que se refiere a un fuerte anhelo o ansiar algo intensamente. El deseo puede ser positivo o negativo, dependiendo de la situación y la motivación detrás de él.
En la Biblia, el deseo puede ser un deseo de Dios, como cuando el salmista dice: "Como el ciervo anhela los arroyos de agua, así te anhelo a ti, oh Dios" (Salmo 42:1). Este tipo de deseo es un anhelo por la presencia de Dios, por conocerlo más profundamente y por tener una relación más cercana con él.
También hay un deseo que puede ser pecaminoso, como cuando el Apóstol Pablo dice: "Porque las obras de la carne son manifiestas, las cuales son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios" (Gálatas 5:19-21). Aquí, Pablo está hablando de un deseo que nos lleva a pecar y alejarnos de Dios.
En el Antiguo Testamento, el deseo también se relaciona con la codicia y la avaricia. Por ejemplo, en el décimo mandamiento, Dios le dice a su pueblo: "No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo" (Éxodo 20:17). Aquí, Dios está diciendo que no debemos desear lo que pertenece a los demás y debemos estar contentos con lo que tenemos.
La palabra "ta'avah" se traduce también como "lujuria" en la Biblia. La lujuria se refiere a un deseo sexual intenso que no está dentro del marco del matrimonio. En Mateo 5:28, Jesús dice: "Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón". Aquí, Jesús está diciendo que incluso el deseo sexual que no se convierte en una acción física es pecaminoso.
En el Nuevo Testamento, el deseo también se relaciona con el amor. En 1 Corintios 14:1, Pablo dice: "Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis". Aquí, Pablo está diciendo que debemos desear el amor y buscar los dones espirituales para edificar a la iglesia.
En resumen, el deseo es una palabra que se utiliza en la Biblia para describir un fuerte anhelo o ansiar algo intensamente. Puede ser positivo o negativo, dependiendo de la situación y la motivación detrás de él. En algunos casos, el deseo puede ser pecaminoso y alejarnos de Dios. Por lo tanto, debemos tener cuidado con nuestros deseos y asegurarnos de que estén en línea con la voluntad de Dios.
Última actualización: 13 mayo, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de deseo:
Números 11:4
Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne!
2 Samuel 23:5
No es así mi casa para con Dios; Sin embargo, él ha hecho conmigo pacto perpetuo, Ordenado en todas las cosas, y será guardado, Aunque todavía no haga él florecer Toda mi salvación y mi deseo.
1 Reyes 5:9
Mis siervos la llevarán desde el Líbano al mar, y la enviaré en balsas por mar hasta el lugar que tú me señales, y allí se desatará, y tú la tomarás; y tú cumplirás mi deseo al dar de comer a mi familia.
Job 34:36
Deseo yo que Job sea probado ampliamente, A causa de sus respuestas semejantes a las de los hombres inicuos.
Salmos 10:3
Porque el malo se jacta del deseo de su alma, Bendice al codicioso, y desprecia a Jehová.
Salmos 10:17
El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento tu oído,
Salmos 20:4
Te dé conforme al deseo de tu corazón, Y cumpla todo tu consejo.
Salmos 59:10
El Dios de mi misericordia irá delante de mí; Dios hará que vea en mis enemigos mi deseo.
Salmos 78:29
Comieron, y se saciaron; Les cumplió, pues, su deseo.
Salmos 106:14
Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; Y tentaron a Dios en la soledad.