La palabra "dolencia" en el contexto bíblico adquiere una significación profunda y cargada de simbolismo, revelando aspectos cruciales de la condición humana y la relación del hombre con lo divino. Al examinar su etimología y origen, podemos desentrañar capas de significado que se extienden más allá de la mera manifestación física de la enfermedad.
Etimología: La palabra "dolencia" proviene del latín "dolentia", que se traduce como "dolor" o "aflicción". En la Biblia, esta palabra aparece en diferentes contextos, a menudo vinculada con la idea de sufrimiento tanto físico como espiritual. Su presencia abarca tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento, brindando una perspectiva integral sobre el tema.
En el Antiguo Testamento, la "dolencia" se presenta como una consecuencia de la desobediencia a los mandamientos divinos. En textos como el Deuteronomio, se establece un claro vínculo entre la fidelidad a Dios y la ausencia de enfermedad. La dolencia, en este contexto, se percibe como un castigo divino o una manifestación directa de la separación del hombre de su Creador.
En el libro de Job, la dolencia se explora en profundidad a través de las experiencias del protagonista. Job, un hombre piadoso, enfrenta diversas aflicciones físicas y emocionales, desencadenando un debate teológico sobre la naturaleza del sufrimiento y la justicia divina. Aquí, la dolencia se presenta como una prueba de fe y resistencia ante las adversidades de la vida.
En el Libro de los Salmos, la dolencia también se aborda, pero con un matiz más poético y reflexivo. Los salmistas expresan sus lamentos y súplicas ante Dios en medio de la aflicción, buscando consuelo y sanación. La dolencia, en este contexto, sirve como un vehículo para la conexión emocional con lo divino, manifestando la vulnerabilidad humana ante el poder de Dios.
El Nuevo Testamento introduce una nueva dimensión a la comprensión de la dolencia. Jesús, a lo largo de su ministerio, se presenta como el sanador divino que alivia no solo las dolencias físicas, sino también las espirituales. En los Evangelios, se relatan numerosos milagros de curación donde Jesús restaura la salud a aquellos afligidos por diversas enfermedades.
La palabra "dolencia" en el Nuevo Testamento también se vincula con el pecado y la necesidad de redención. La enseñanza cristiana destaca que la dolencia es una manifestación de la condición caída de la humanidad, y la redención a través de Cristo ofrece la posibilidad de sanación integral, abarcando tanto el cuerpo como el alma.
En el Apocalipsis, la dolencia adquiere un matiz escatológico. Se habla de un tiempo futuro donde no habrá más dolor ni enfermedad, simbolizando la restauración final de la creación. Aquí, la dolencia se presenta como un elemento transitorio en el plan divino, destinado a desaparecer ante la plenitud de la presencia de Dios.
En conclusión, la palabra "dolencia" en la Biblia no se limita simplemente a la manifestación física de la enfermedad, sino que abarca dimensiones espirituales, emocionales y teológicas. Su etimología revela su conexión con el dolor y la aflicción, mientras que su presencia en los textos sagrados proporciona una visión profunda de la condición humana y la relación del hombre con lo divino.
Última actualización: 03 febrero, 2024
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de dolencia:
2 Crónicas 24:25
Y cuando se fueron los sirios, lo dejaron agobiado por sus dolencias; y conspiraron contra él sus siervos a causa de la sangre de los hijos de Joiada el sacerdote, y lo hirieron en su cama, y murió. Y lo sepultaron en la ciudad de David, pero no en los sepulcros de los reyes.
Salmos 103:3
Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;
Mateo 4:23
Y recorrió Jesús toda Galilea, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Mateo 4:24
Y se difundió su fama por toda Siria; y le trajeron todos los que tenían dolencias, los afligidos por diversas enfermedades y tormentos, los endemoniados, lunáticos y paralíticos; y los sanó.
Mateo 8:17
para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.
Mateo 9:35
La mies es mucha Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo.
Mateo 10:1
Elección de los doce apóstoles(Mr. 3.13-19; Lc. 6.12-16) Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y toda dolencia.