En la Biblia, la palabra "querer" tiene un significado profundo y trascendental. Esta palabra se utiliza para expresar el deseo, la voluntad y el amor de Dios hacia la humanidad. A lo largo de las Escrituras, encontramos diferentes contextos en los que se utiliza la palabra "querer", revelando así su etimología y origen.
El término "querer" en hebreo se traduce como "חפץ" (jafetz), que significa "desear", "tener complacencia en" o "amar". En el Antiguo Testamento, esta palabra es utilizada para describir la voluntad de Dios y su amor hacia su pueblo. Por ejemplo, en el Salmo 147:11 leemos: "Se complace el Señor en los que le temen, en los que esperan en su misericordia". Aquí vemos cómo el término "querer" se utiliza para expresar el deleite de Dios en aquellos que le temen y confían en él.
En el Nuevo Testamento, la palabra "querer" se traduce del griego "θέλω" (theló), que también significa "desear", "querer" o "amar". Jesús utiliza este término en varias ocasiones para expresar la voluntad de Dios y su amor por la humanidad. Un ejemplo destacado es Juan 3:16, donde leemos: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna". Aquí vemos cómo el término "querer" se utiliza para describir el amor incondicional de Dios hacia la humanidad, al dar a su Hijo para que todo aquel que crea en él pueda tener vida eterna.
En resumen, el significado bíblico de la palabra "querer" implica el deseo, la voluntad y el amor de Dios hacia la humanidad. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, esta palabra se utiliza para expresar el deleite de Dios en su pueblo y su amor incondicional hacia la humanidad. A través de la palabra "querer", la Biblia nos muestra el amor y la voluntad de Dios para con nosotros, invitándonos a confiar en él y a buscar su voluntad en nuestras vidas.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de querer:
Romanos 7:18
Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.
2 Corintios 8:10
Y en esto doy mi consejo; porque esto os conviene a vosotros, que comenzasteis antes, no solo a hacerlo, sino también a quererlo, desde el año pasado.
2 Corintios 8:11
Ahora, pues, llevad también a cabo el hacerlo, para que como estuvisteis prontos a querer, así también lo estéis en cumplir conforme a lo que tengáis.
Filipenses 2:13
porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.