El monofisismo es un término que tiene un significado muy importante en el contexto bíblico y teológico. Su origen y etimología se remontan a la palabra griega "monos", que significa "uno" o "solo", y "physis", que se traduce como "naturaleza". Por lo tanto, el monofisismo se refiere a la creencia de que en Jesucristo solo existe una naturaleza divina.
El monofisismo surgió como una doctrina teológica en el siglo V en el Imperio Bizantino. Esta creencia fue promovida por Eutiques, un monje y líder religioso, quien afirmaba que en la persona de Jesucristo solo existía una naturaleza divina y que la naturaleza humana había sido absorbida por la divina. Esta enseñanza generó una gran controversia en la Iglesia y fue considerada como una herejía por muchos líderes religiosos de la época.
La controversia del monofisismo se centró en la naturaleza de Jesucristo y su relación con Dios y los seres humanos. Los monofisitas sostenían que Jesús tenía una naturaleza divina única, y que su naturaleza humana era inexistente o subordinada a la divina. Esta creencia se oponía a la doctrina ortodoxa, que afirmaba que Jesús tenía dos naturalezas, una divina y una humana, que coexistían en una sola persona.
El debate teológico sobre el monofisismo tuvo importantes consecuencias en el cristianismo de la época. El emperador bizantino Justiniano I convocó el Concilio de Calcedonia en el año 451 para abordar esta controversia. En este concilio, se declaró que Jesucristo tenía dos naturalezas, divina y humana, que coexistían en una sola persona sin confusión ni separación.
El monofisismo fue rechazado como una herejía por la Iglesia ortodoxa y las iglesias orientales, y se consideró una enseñanza inaceptable y errónea. Sin embargo, a pesar de su condena oficial, el monofisismo continuó existiendo como una doctrina minoritaria en algunas comunidades cristianas, especialmente en el Cercano Oriente y Egipto.
En el contexto bíblico, el monofisismo representa una interpretación errónea de la naturaleza de Jesucristo. La Biblia enseña claramente que Jesús es verdaderamente Dios y verdaderamente humano. En el Evangelio de Juan, Jesús se autodenomina "Yo soy", una afirmación de su divinidad. Además, en el Evangelio de Lucas, se relata el nacimiento de Jesús como un ser humano, hijo de la virgen María.
En resumen, el monofisismo es una doctrina teológica que sostiene que en Jesucristo solo existe una naturaleza divina. Esta creencia fue considerada como una herejía por la Iglesia ortodoxa y las iglesias orientales, y fue rechazada en el Concilio de Calcedonia en el año 451. Aunque el monofisismo continúa existiendo como una doctrina minoritaria, la enseñanza bíblica afirma claramente que Jesucristo es verdaderamente Dios y verdaderamente humano.
Última actualización: 03 febrero, 2024
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