La palabra "súplica" tiene un significado bíblico profundo y relevante en el contexto de las escrituras sagradas. En la Biblia, la súplica se refiere a una petición ferviente y humilde dirigida a Dios o a otra figura divina. Representa la acción de buscar ayuda, consuelo, orientación o protección a través de la oración y la adoración.
Etimológicamente, la palabra "súplica" proviene del latín "supplicare", que significa "rogar" o "implorar". En su origen, la súplica era vista como un gesto de sumisión y reverencia hacia una deidad, expresando la dependencia y necesidad del ser humano de la intervención divina.
En la Biblia, la súplica se menciona en numerosos pasajes, destacando su importancia como medio de comunicación con Dios. A lo largo del Antiguo Testamento, encontramos ejemplos de personajes bíblicos que recurren a la súplica en momentos de aflicción, peligro o necesidad.
El salmista David, por ejemplo, hace varias súplicas a Dios en los Salmos, buscando su misericordia y protección en tiempos de angustia. En el Salmo 86:6-7, David clama a Dios diciendo: "Oye, oh Jehová, mi súplica, escucha atentamente la voz de mis ruegos. En el día de mi angustia clamo a ti, porque me respondes". En este pasaje, vemos cómo la súplica es un medio de comunicación directa con Dios, donde el creyente expresa sus necesidades y espera una respuesta divina.
Además de la súplica individual, la Biblia también destaca la importancia de la súplica colectiva. En el libro de Joel 2:17, por ejemplo, se insta al pueblo de Israel a reunirse en asamblea y clamar a Dios en súplica: "Entre el pórtico y el altar lloren los sacerdotes, ministros de Jehová, y digan: Perdona a tu pueblo, Jehová, y no entregues tu heredad al oprobio, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?". Aquí vemos cómo la súplica colectiva es una forma de buscar la misericordia y el favor divino para toda una comunidad.
En el Nuevo Testamento, la súplica también adquiere un papel relevante. En el libro de Filipenses 4:6-7, el apóstol Pablo exhorta a los creyentes a no preocuparse por nada, sino a hacer todas sus peticiones y súplicas a Dios: "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús". Aquí vemos cómo la súplica es un medio para encontrar paz y confianza en Dios, entregando nuestras preocupaciones y necesidades en sus manos.
En resumen, la palabra "súplica" tiene un significado bíblico profundo y relevante. Representa una petición ferviente y humilde dirigida a Dios o a una figura divina, expresando la dependencia y necesidad del ser humano de la intervención divina. La súplica es un medio de comunicación directa con Dios, donde el creyente expresa sus necesidades y busca su ayuda, consuelo y protección. A través de la súplica, podemos encontrar paz, confianza y respuesta en la presencia de Dios.
Última actualización: 03 febrero, 2024
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de súplica:
2 Samuel 7:27
Porque tú, Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, revelaste al oído de tu siervo, diciendo: Yo te edificaré casa. Por esto tu siervo ha hallado en su corazón valor para hacer delante de ti esta súplica.
1 Reyes 8:33
Si tu pueblo Israel fuere derrotado delante de sus enemigos por haber pecado contra ti, y se volvieren a ti y confesaren tu nombre, y oraren y te rogaren y suplicaren en esta casa,
1 Reyes 8:45
tú oirás en los cielos su oración y su súplica, y les harás justicia.
1 Reyes 8:54
Cuando acabó Salomón de hacer a Jehová toda esta oración y súplica, se levantó de estar de rodillas delante del altar de Jehová con sus manos extendidas al cielo;
Salmos 30:8
A ti, oh Jehová, clamaré, Y al Señor suplicaré.
Salmos 66:19
Mas ciertamente me escuchó Dios; Atendió a la voz de mi súplica.
Salmos 85:1
Súplica por la misericordia de Dios sobre IsraelAl músico principal. Salmo para los hijos de Coré. Fuiste propicio a tu tierra, oh Jehová; Volviste la cautividad de Jacob.
Salmos 130:2
Señor, oye mi voz; Estén atentos tus oídos A la voz de mi súplica.
Salmos 143:1
Súplica de liberación y direcciónSalmo de David. Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos; Respóndeme por tu verdad, por tu justicia.
Isaías 45:14
Así dice Jehová: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía, y los sabeos, hombres de elevada estatura, se pasarán a ti y serán tuyos; irán en pos de ti, pasarán con grillos; te harán reverencia y te suplicarán diciendo: Ciertamente en ti está Dios, y no hay otro fuera de Dios.