La palabra "despreciar" tiene un significado muy profundo en la Biblia. Esta palabra proviene del latín "despretiare", que significa "no valorar" o "dar poco valor". En su origen, el término se utiliza para referirse a la acción de menospreciar o menosvalorar algo o alguien.
En el contexto bíblico, despreciar implica una actitud de rechazo, desdén o falta de valoración hacia algo o alguien. En la Biblia, se hace referencia tanto al desprecio hacia Dios y sus mandamientos, como al desprecio hacia los demás seres humanos.
Despreciar a Dios implica no reconocer su autoridad, no obedecer sus mandamientos y no valorar su presencia en nuestras vidas. Es una actitud de rebeldía y falta de respeto hacia el Creador. En el libro de Proverbios, se menciona que "el temor del Señor es el principio de la sabiduría; los necios desprecian la sabiduría y la disciplina" (Proverbios 1:7). Aquellos que desprecian a Dios están alejados de su camino y no buscan su dirección en sus vidas.
Por otro lado, despreciar a los demás seres humanos es una actitud de arrogancia y falta de amor. En la Biblia, se nos enseña a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, a tratar a los demás con respeto y consideración. Despreciar a los demás implica tratarlos con indiferencia, menospreciar su valía y no valorar su dignidad como seres humanos creados a imagen de Dios.
El desprecio también puede manifestarse en forma de discriminación, rechazo o maltrato hacia los demás. En el libro de Santiago, se nos advierte sobre el peligro de mostrar favoritismo o desprecio hacia los pobres: "Hermanos míos, no mezcléis la fe en nuestro Señor Jesucristo, glorioso, con el favoritismo hacia las personas" (Santiago 2:1). El apóstol Pablo también exhorta a los creyentes a no menospreciar a los débiles en la fe, sino a acogerlos y edificarlos en amor (Romanos 14:1-3).
En resumen, el significado bíblico de la palabra "despreciar" implica una actitud de rechazo, falta de valoración y falta de amor hacia Dios y hacia los demás seres humanos. Despreciar a Dios implica no reconocer su autoridad y no obedecer sus mandamientos, mientras que despreciar a los demás implica tratarlos con indiferencia y menospreciar su valía. Como creyentes, debemos cultivar una actitud de humildad, amor y respeto hacia Dios y hacia nuestros semejantes.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de despreciar:
Nehemías 2:19
Pero cuando lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros? ¿Os rebeláis contra el rey?
Job 9:21
Si fuese íntegro, no haría caso de mí mismo; Despreciaría mi vida.
Salmos 51:17
Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
Ezequiel 22:7
Al padre y a la madre despreciaron en ti; al extranjero trataron con violencia en medio de ti; al huérfano y a la viuda despojaron en ti.