La palabra "realeza" tiene un profundo significado en la Biblia, representando la autoridad y el poder divino ejercido por Dios y sus elegidos. Su etimología se remonta al latín "regalis", que significa "real" o "pertenece al rey".
En el contexto bíblico, la realeza se asocia principalmente con Dios como el único y verdadero Rey de todo el universo. En el Antiguo Testamento, se menciona repetidamente la realeza de Dios, destacando su soberanía absoluta sobre todas las cosas. Por ejemplo, en el Salmo 47:2, se dice: "Porque Jehová el Altísimo es temible; Rey grande sobre toda la tierra". Esta frase resalta la posición de Dios como el Rey supremo sobre toda la creación.
Además, la realeza también se atribuye a personas específicas en la Biblia, como David y Salomón. David, el famoso rey de Israel, es considerado un hombre según el corazón de Dios y un antepasado directo de Jesucristo. Su reinado se caracterizó por la justicia y la adoración a Dios. Por otro lado, Salomón, hijo de David, fue conocido por su sabiduría y por la construcción del glorioso templo en Jerusalén. Ambos reyes representan un ejemplo de cómo la realeza puede ser un instrumento de bendición y glorificación de Dios.
La realeza también se relaciona con el concepto de reino en la Biblia. Un reino es un territorio gobernado por un rey o una reina, y en la Biblia se mencionan varios reinos que ejercieron influencia en la historia del pueblo de Dios. Por ejemplo, el reino de Israel se dividió en dos después de la muerte de Salomón, formando los reinos de Israel y Judá. Estos reinos experimentaron altibajos y fueron juzgados por Dios debido a su desobediencia. Sin embargo, la promesa de un reino eterno y perfecto se encuentra en la profecía de Daniel, donde se habla del reino del Mesías que nunca tendrá fin.
En el Nuevo Testamento, Jesucristo es presentado como el Rey de reyes y Señor de señores. Su realeza se destaca en el libro de Apocalipsis, donde se describe su regreso glorioso y su reinado eterno. En Apocalipsis 19:16 se dice: "Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores". Este versículo muestra la supremacía de Jesucristo sobre todos los reyes y señores terrenales, revelando su autoridad como el único gobernante digno de adoración.
En resumen, la palabra "realeza" tiene un profundo significado en la Biblia, representando la autoridad divina de Dios y sus elegidos. Se relaciona tanto con la realeza de Dios como el único y verdadero Rey, como con los reyes y reinas que gobernaron en la tierra. La realeza en el contexto bíblico resalta la soberanía y el poder de Dios sobre todas las cosas, así como la promesa de un reino eterno y perfecto bajo el reinado de Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de señores.
Última actualización: 03 febrero, 2024
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