La plenitud es un término que se menciona en la Biblia con mucha frecuencia. Esta palabra es de origen latino, proviene de "plenus" que significa lleno. En la Biblia, la plenitud se refiere a la totalidad, la abundancia, la perfección y la realización de algo.
En el Antiguo Testamento, la plenitud se relaciona con la tierra, la creación y las promesas de Dios. En el libro de Génesis, por ejemplo, se menciona que Dios creó el mundo en su plenitud y perfección. También se habla de la plenitud de la tierra, que se refiere a la abundancia de los recursos naturales que Dios ha puesto a disposición del ser humano.
En el Nuevo Testamento, la plenitud se relaciona con la salvación y la vida eterna. Se dice que Jesús es la plenitud de Dios y que en Él habita toda la plenitud de la divinidad. También se menciona que los creyentes en Jesús son parte de la plenitud de Cristo y que en Él tienen toda la plenitud de la vida y la bendición.
En el libro de Efesios, por ejemplo, se menciona que Dios ha hecho que el Cristo (Jesús) sea cabeza de todo, para que en todo tenga la preeminencia; y que Él mismo sea la plenitud de todo.
La plenitud en la Biblia se relaciona con la idea de que todo lo creado tiene un propósito y una finalidad, y que ese propósito y finalidad se realizan en la medida en que se vive de acuerdo con la voluntad de Dios. La plenitud implica una vida de abundancia, de gozo, de paz y de realización personal y espiritual.
En la Biblia, la plenitud también se relaciona con la idea de que Dios tiene un plan para la humanidad y que ese plan se cumple a través de la historia. Se habla de la plenitud de los tiempos, que se refiere al momento en que Dios envió a su Hijo al mundo para redimir a la humanidad. Se dice que en ese momento se cumplió la plenitud de los tiempos y que a partir de ese momento se abrió la puerta de la salvación para todos los que creen en Jesús.
En resumen, la plenitud es un término que se menciona con mucha frecuencia en la Biblia y que se relaciona con la totalidad, la abundancia, la perfección y la realización de algo. En el Antiguo Testamento se relaciona con la tierra y las promesas de Dios, mientras que en el Nuevo Testamento se relaciona con la salvación y la vida eterna en Cristo Jesús. La plenitud implica vivir de acuerdo con la voluntad de Dios y cumplir con el propósito y la finalidad para los que fuimos creados.
Última actualización: 13 mayo, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de plenitud:
Deuteronomio 33:16
Y con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud; Y la gracia del que habitó en la zarza Venga sobre la cabeza de José, Y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos.
Salmos 96:11
Alégrense los cielos, y gócese la tierra; Brame el mar y su plenitud.
Salmos 98:7
Brame el mar y su plenitud, El mundo y los que en él habitan;
Jeremías 47:2
Así ha dicho Jehová: He aquí que suben aguas del norte, y se harán torrente; inundarán la tierra y su plenitud, la ciudad y los moradores de ella; y los hombres clamarán, y lamentará todo morador de la tierra.
1 Corintios 10:26
porque del Señor es la tierra y su plenitud.
1 Corintios 10:28
Mas si alguien os dijere: Esto fue sacrificado a los ídolos; no lo comáis, por causa de aquel que lo declaró, y por motivos de conciencia; porque del Señor es la tierra y su plenitud.
Efesios 1:23
la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
Efesios 3:19
y de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.
Efesios 4:13
hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;
Colosenses 1:19
por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,