El significado bíblico de afán es un tema importante que se encuentra a lo largo de las Sagradas Escrituras. La palabra "afán" es mencionada en varias ocasiones y tiene un significado profundo y relevante en el contexto bíblico. Para comprender su significado, es necesario examinar su etimología y origen.
La palabra "afán" proviene del latín "affanare", que significa "respirar con dificultad" o "jadeante". Este término se deriva de las palabras "ad" (hacia) y "fanum" (templo), lo que indica una relación con el esfuerzo o el deseo de alcanzar algo. En la Biblia, el término "afán" se encuentra en hebreo con la palabra "דאגה" (dagah), que se traduce como "preocupación" o "ansiedad".
El origen del término "afán" en la Biblia se puede rastrear hasta los textos hebreos originales. En el Antiguo Testamento, se utiliza para describir la preocupación o la ansiedad excesiva por las necesidades materiales y las preocupaciones de la vida. El afán se presenta como un obstáculo para confiar en Dios y para vivir una vida centrada en Su voluntad.
En el Nuevo Testamento, Jesús habla sobre el afán en el Sermón del Monte. En Mateo 6:25-34, Jesús exhorta a sus seguidores a no preocuparse por las necesidades básicas de la vida, como la comida, la ropa o el futuro. En lugar de eso, les insta a confiar en Dios y buscar primero Su reino y Su justicia. Jesús enfatiza que el afán no tiene ningún beneficio y que Dios cuida de sus hijos y provee para todas sus necesidades.
Además, el apóstol Pablo también aborda el tema del afán en sus epístolas. En Filipenses 4:6-7, Pablo anima a los creyentes a no estar ansiosos por nada, sino a presentar sus peticiones a Dios en oración y a experimentar la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento. Pablo enseña que la clave para superar el afán es confiar en Dios y entregarle nuestras preocupaciones.
En resumen, el significado bíblico de afán se refiere a la preocupación excesiva por las necesidades materiales y las preocupaciones de la vida. El afán es presentado como un obstáculo para confiar en Dios y vivir una vida centrada en Su voluntad. Jesús y los apóstoles enseñan que el afán no tiene ningún beneficio y que debemos confiar en Dios y entregarle nuestras preocupaciones en oración. Al confiar en Dios y buscar primero Su reino y Su justicia, podemos experimentar la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento.
Última actualización: 30 junio, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de afán:
Salmos 39:6
Ciertamente como una sombra es el hombre; Ciertamente en vano se afana; Amontona riquezas, y no sabe quién las recogerá.
Proverbios 23:4
No te afanes por hacerte rico; Sé prudente, y desiste.
Eclesiastés 2:22
Porque ¿qué tiene el hombre de todo su trabajo, y de la fatiga de su corazón, con que se afana debajo del sol?
Eclesiastés 3:9
¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?
Mateo 6:25
El afán y la ansiedad(Lc. 12.22-31) Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
Mateo 6:31
No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Marcos 4:19
pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
Lucas 8:14
La que cayó entre espinos, estos son los que oyen, pero yéndose, son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.
Lucas 10:41
Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.
Filipenses 4:6
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.