La palabra "aclamar" tiene un significado profundo en el contexto bíblico. En la Biblia, aclamar es un acto de alabanza y adoración hacia Dios. Esta palabra proviene del latín "acclamare", que significa "gritar hacia". A través de la etimología de la palabra, podemos comprender mejor su origen y connotaciones en la Biblia.
En el Antiguo Testamento, el término hebreo utilizado para aclamar es "rua", que se traduce como "gritar de alegría" o "clamar con fuerza". A menudo, se usa en relación con el pueblo de Israel alabando a Dios en momentos de victoria, celebración o agradecimiento. Por ejemplo, en el Salmo 47:1 encontramos: "Aclamad a Dios, toda la tierra". Aquí, el salmista insta a todas las personas a elevar su voz en alabanza a Dios.
En el Nuevo Testamento, el término griego utilizado para aclamar es "epaineo", que significa "elogiar" o "alabar fervientemente". Jesús mismo fue aclamado por la multitud cuando entró en Jerusalén, como se relata en Mateo 21:9: "¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!". En este contexto, aclamar a Jesús era reconocerlo como el Mesías y expresar júbilo por su llegada.
La acción de aclamar en la Biblia implica no solo gritar o alabar con palabras, sino también hacerlo con el corazón y la mente. Es una expresión de fe, gratitud y reverencia hacia Dios. A través de la aclamación, los creyentes reconocen la grandeza de Dios y su poder para obrar en sus vidas.
La palabra "aclamar" tiene un significado profundo en el contexto bíblico. En la Biblia, aclamar es un acto de alabanza y adoración hacia Dios. Esta palabra proviene del latín "acclamare", que significa "gritar hacia". A través de la etimología de la palabra, podemos comprender mejor su origen y connotaciones en la Biblia.
En el Antiguo Testamento, el término hebreo utilizado para aclamar es "rua", que se traduce como "gritar de alegría" o "clamar con fuerza". A menudo, se usa en relación con el pueblo de Israel alabando a Dios en momentos de victoria, celebración o agradecimiento. Por ejemplo, en el Salmo 47:1 encontramos: "Aclamad a Dios, toda la tierra". Aquí, el salmista insta a todas las personas a elevar su voz en alabanza a Dios.
En el Nuevo Testamento, el término griego utilizado para aclamar es "epaineo", que significa "elogiar" o "alabar fervientemente". Jesús mismo fue aclamado por la multitud cuando entró en Jerusalén, como se relata en Mateo 21:9: "¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!". En este contexto, aclamar a Jesús era reconocerlo como el Mesías y expresar júbilo por su llegada.
La acción de aclamar en la Biblia implica no solo gritar o alabar con palabras, sino también hacerlo con el corazón y la mente. Es una expresión de fe, gratitud y reverencia hacia Dios. A través de la aclamación, los creyentes reconocen la grandeza de Dios y su poder para obrar en sus vidas.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de aclamar:
1 Crónicas 16:7
Salmo de acción de gracias de David(Sal. 105.1-15; 96.1-13; 106.47-48) Entonces, en aquel día, David comenzó a aclamar a Jehová por mano de Asaf y de sus hermanos:
1 Crónicas 25:3
De los hijos de Jedutún: Gedalías, Zeri, Jesaías, Hasabías, Matatías y Simei; seis, bajo la dirección de su padre Jedutún, el cual profetizaba con arpa, para aclamar y alabar a Jehová.
Salmos 89:15
Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; Andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.