El significado bíblico de la palabra leproso se remonta a los primeros capítulos de la Biblia, en los que se describe el azote de la lepra entre la humanidad. Según la etimología de la palabra, leproso deriva del término hebreo leper, que significa "manchado". Esta palabra se refiere al estado de una persona afectada por la lepra, una enfermedad infecciosa crónica de la piel, los tejidos bajo la piel, los nervios, los ojos y las membranas mucosas.
En la Biblia, la lepra es una enfermedad que afecta el cuerpo, pero también es un símbolo de la impureza espiritual. En la cultura judía, la lepra era considerada como una señal de la ira de Dios, ya que se creía que era una forma de castigo por los pecados cometidos. Esta creencia se refleja en diversos pasajes de la Biblia, como el caso de Naamán, un general sirio que sufre de lepra y que es curado por Elías, el profeta de Dios.
La lepra era una de las enfermedades más temidas en la antigüedad, ya que se consideraba a los leprosos como impuros y se les obligaba a vivir en aislamiento. De hecho, la lepra era tan temida que los afectados eran obligados a anunciar su estado de impureza mediante una frase que anunciaba: "Impuro, impuro." Esta frase se refleja en el Libro de Levítico, que establece una serie de leyes sobre la lepra, incluida la obligación de los afectados a mantenerse alejados de la comunidad.
Además de la impureza espiritual, la lepra también se relaciona con la impureza física. En el Libro de Levítico, se prescribe una serie de ceremonias para purificar a los afectados por la lepra, incluida la presentación de una ofrenda de purificación. Esta ofrenda consistía en un cordero sin defecto y una ofrenda de aceite, que se ofrecían a Dios como una señal de arrepentimiento y humildad.
La palabra leproso también se utiliza en la Biblia como una metáfora para la impureza moral. Esto se refleja en el Libro de Levítico, en el que se dice: "Todo aquel que tenga una mancha o una lepra en su piel, es un impuro". Esta metáfora se utiliza para subrayar la gravedad de los pecados, que se consideran tan impuros como la lepra.
Aunque la lepra no es una enfermedad tan común como antes, sigue siendo una enfermedad crónica que afecta a miles de personas en todo el mundo. Para los cristianos, la palabra leproso sigue siendo un recordatorio de la impureza espiritual y la necesidad de arrepentimiento, así como una llamada a la compasión hacia aquellos que sufren de esta enfermedad.
Referencia: The Bible: The Story of the World's Most Influential Book. John Wiley & Sons, 2017.
Última actualización: 15 marzo, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de leproso:
Levítico 13:45
Y el leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo!
Levítico 14:2
Esta será la ley para el leproso cuando se limpiare: Será traído al sacerdote,
Levítico 14:3
y este saldrá fuera del campamento y lo examinará; y si ve que está sana la plaga de la lepra del leproso,
Números 5:2
Manda a los hijos de Israel que echen del campamento a todo leproso, y a todos los que padecen flujo de semen, y a todo contaminado con muerto.
2 Reyes 15:5
Mas Jehová hirió al rey con lepra, y estuvo leproso hasta el día de su muerte, y habitó en casa separada, y Jotam hijo del rey tenía el cargo del palacio, gobernando al pueblo.
Mateo 10:8
Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.
Mateo 11:5
Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;
Mateo 26:6
Jesús es ungido en Betania(Mr. 14.3-9; Jn. 12.1-8) Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso,
Marcos 1:40
Jesús sana a un leproso(Mt. 8.1-4; Lc. 5.12-16) Vino a él un leproso, rogándole; e hincada la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes limpiarme.
Marcos 14:3
Jesús es ungido en Betania(Mt. 26.6-13; Jn. 12.1-8) Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer con un vaso de alabastro de perfume de nardo puro de mucho precio; y quebrando el vaso de alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.