El término empréstito es utilizado en la Biblia para referirse a una acción financiera en la que se realiza un préstamo de dinero o bienes materiales. En el contexto bíblico, el empréstito tiene un significado más profundo que simplemente una transacción económica, ya que implica responsabilidad y compromiso.
La palabra empréstito proviene del latín "emprēstitum", que a su vez deriva del verbo "emprēstare", que significa prestar. Esta etimología nos muestra que el empréstito se refiere a la acción de prestar o solicitar un préstamo. En la Biblia, encontramos varias referencias al empréstito, especialmente en el contexto de las leyes y principios que Dios estableció para el pueblo de Israel.
El origen del empréstito en la Biblia se encuentra en el Antiguo Testamento, donde se establecen normas y regulaciones para el préstamo de dinero entre los israelitas. En el libro del Deuteronomio, capítulo 15, versículo 6, se establece que "prestarás a muchas naciones, pero no tomarás prestado". Esta afirmación muestra la importancia de la responsabilidad financiera y la actitud de confianza en Dios para proveer en lugar de depender de préstamos.
El empréstito en la Biblia también se relaciona con el concepto de la usura, que es el cobro de intereses excesivos o injustos sobre un préstamo. En varios pasajes del Antiguo Testamento, se prohíbe la usura y se enfatiza la importancia de ser justos y misericordiosos con los demás en relación a las transacciones financieras.
En resumen, el empréstito en la Biblia es más que una simple acción financiera. Tiene un significado profundo que implica responsabilidad, confianza en Dios y justicia en las relaciones económicas. A través de las enseñanzas bíblicas, se nos recuerda la importancia de ser buenos administradores de los recursos que Dios nos ha dado y de tratar a los demás con amor y justicia en todas nuestras transacciones financieras.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de empréstito:
Deuteronomio 15:2
Y esta es la manera de la remisión: perdonará a su deudor todo aquel que hizo empréstito de su mano, con el cual obligó a su prójimo; no lo demandará más a su prójimo, o a su hermano, porque es pregonada la remisión de Jehová.