La palabra "predestinación" es uno de los términos clave en la teología cristiana y tiene un significado muy importante en la Biblia. En el contexto bíblico, la predestinación se refiere a la idea de que Dios, antes de la creación del mundo, decidió el destino eterno de cada individuo. Esta doctrina está estrechamente relacionada con la soberanía de Dios y su plan para la salvación de la humanidad.
La palabra "predestinación" tiene su origen en el término griego "proorizō", que significa "determinar de antemano" o "decidir de antemano". En la Biblia, esta palabra se encuentra en varias ocasiones, principalmente en las epístolas del apóstol Pablo. Uno de los pasajes más conocidos que habla sobre la predestinación se encuentra en la carta a los Efesios, donde Pablo escribe:
"...nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él. En amor nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad..." (Efesios 1:4-5)
En este pasaje, Pablo nos enseña que Dios nos predestinó para ser adoptados como sus hijos a través de Jesucristo. Esto significa que antes de la creación del mundo, Dios ya había decidido que aquellos que creyeran en Jesús serían salvos y tendrían una relación íntima con Él. La predestinación, por lo tanto, está íntimamente ligada a la idea de la elección divina y la gracia salvadora de Dios.
Es importante destacar que la predestinación no implica que Dios haya elegido a algunas personas para la salvación y a otras para la condenación. La Biblia es clara en enseñar que Dios quiere que todos los hombres sean salvos y lleguen al conocimiento de la verdad (1 Timoteo 2:4). Sin embargo, también enseña que la salvación es un acto de gracia divina y que nadie puede salvarse por sus propios méritos (Efesios 2:8-9). Por lo tanto, aquellos que son salvos son aquellos que han respondido al llamado de Dios y han puesto su fe en Jesucristo.
La predestinación también está relacionada con la soberanía de Dios. La Biblia nos enseña que Dios es el Creador y Sustentador de todas las cosas, y que tiene el poder y la autoridad para determinar el destino de cada individuo. En Romanos 9, Pablo habla sobre la soberanía de Dios en la elección de las personas:
"¿Quién eres tú, oh hombre, para que le repliques a Dios? ¿Dirá el objeto formado al que le formó: ¿Por qué me has hecho así? ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria?" (Romanos 9:20-23)
En este pasaje, Pablo nos recuerda que Dios tiene el derecho y la autoridad para hacer con nosotros lo que Él quiera. Como el Creador, Dios tiene el poder de elegir a aquellos a quienes mostrará su misericordia y a aquellos a quienes mostrará su justicia. Sin embargo, también debemos recordar que la justicia y la misericordia de Dios son perfectas y que Él siempre actúa de acuerdo a su carácter santo y amoroso.
En resumen, la predestinación es un concepto importante en la teología cristiana y tiene un significado profundo en la Biblia. Nos enseña que Dios, en su soberanía y amor, ha decidido de antemano el destino eterno de cada individuo. Sin embargo, también debemos recordar que la predestinación no implica que Dios haya elegido a algunas personas para la salvación y a otras para la condenación, sino que todos tienen la oportunidad de ser salvos a través de Jesucristo.
Última actualización: 03 febrero, 2024
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