Arrayán Significado Bíblico

El arrayán es una palabra que aparece en la Biblia y tiene un significado especial dentro del contexto bíblico. Esta palabra se menciona en varias ocasiones en las Escrituras y está relacionada con la naturaleza y la belleza de la creación de Dios.

La palabra arrayán tiene su origen en el hebreo, donde se pronuncia "erez" o "araz". En la Biblia, esta palabra se utiliza para describir un tipo de árbol o arbusto de hojas perennes, conocido científicamente como Myrtus communis. Este árbol es nativo de la región del Mediterráneo y se caracteriza por tener hojas brillantes y fragantes, así como por producir pequeñas bayas comestibles.

Dentro del contexto bíblico, el arrayán se menciona en varios pasajes como símbolo de belleza y prosperidad. En el libro de Isaías, por ejemplo, se habla del arrayán como parte de la restauración y la bendición de Dios sobre su pueblo:

En lugar del arrayán crecerá el ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá el mirto; y esto será para Jehová por nombre, por señal perpetua que nunca será raída.

- Isaías 55:13

Este versículo muestra cómo el arrayán es visto como un símbolo de transformación y renovación en el contexto espiritual. El ciprés y el mirto, mencionados junto con el arrayán, también son árboles asociados con la belleza y la prosperidad en la Biblia.

Además de su significado simbólico, el arrayán también tenía usos prácticos en la antigüedad. Sus hojas y bayas se utilizaban con frecuencia en la medicina tradicional y en la fabricación de perfumes y aceites esenciales. En la Biblia, se menciona que el arrayán fue utilizado en la construcción del templo de Salomón:

Y el rey Salomón dio a la reina de Sabá todo lo que ella quiso, y todo lo que pidió, más de lo que ella había traído al rey. Después ella se volvió y se fue a su tierra, ella y sus siervos. El peso del oro que Salomón tenía de renta cada año, era seiscientos sesenta y seis talentos de oro, y sin esto de los mercaderes, y de los contratos de los mercaderes, y de todos los reyes de Arabia, y de los señores de la tierra. Y el rey Salomón hizo doscientos escudos de oro batido; seiscientos siclos de oro metió en cada escudo. También hizo el rey Salomón trescientos escudos menores de oro batido; tres libras de oro metió en cada escudo; y el rey los puso en la casa del bosque del Líbano. Además hizo el rey un gran trono de marfil, y lo cubrió de oro muy fino. El trono tenía seis gradas; y la parte de arriba del trono era redonda por detrás; y había brazos a un lado y a otro lado junto a los asientos; y dos leones estaban junto a los brazos. Y doce leones estaban allí sobre las seis gradas de uno y otro lado; no se había hecho tal cosa en ningún reino. Y todos los vasos de beber del rey Salomón eran de oro, y todos los vasos de la casa del bosque del Líbano eran de oro muy fino; ninguna plata se tenía en estima en los días de Salomón. Porque el rey tenía en el mar las naves de Tarsis con las naves de Hiram; una vez en tres años venían las naves de Tarsis, y traían oro y plata, marfil, monos y pavos reales. Así excedió el rey Salomón a todos los reyes de la tierra en riquezas y en sabiduría. Y toda la tierra procuraba ver el rostro de Salomón, para oír su sabiduría que Dios había puesto en su corazón. Y cada uno de ellos le traía su presente, alhajas de plata, alhajas de oro, vestidos, armas, especias, caballos y mulos, año por año. Tenía también Salomón cuatro mil caballos en establos, y doce mil caballos de silla, los cuales puso en las ciudades de los carros, y con el rey en Jerusalén. Y tenía señorío sobre todos los reyes desde el río hasta la tierra de los filisteos, hasta la frontera de Egipto. Y dio el rey plata en Jerusalén como piedras, y cedros como cabrahigos que están en las tierras bajas en abundancia. E hizo traer de Tiro a herreros y carpinteros, y dio Salomón a Hiram veinte mil coros de trigo para el mantenimiento de su casa, y veinte coros de aceite de olivas machacadas; esto daba Salomón a Hiram cada año. Y Jehová dio sabiduría a Salomón, como le había prometido; y hubo paz entre Hiram y Salomón, e hicieron ambos pacto. Y el rey Salomón levantó tributo en todo Israel, y fue el tributo de treinta mil hombres.

- 1 Reyes 10:13-15

En este pasaje, se menciona que el arrayán fue utilizado en la construcción de los escudos y otros objetos de valor en la casa del bosque del Líbano. Esto demuestra que el arrayán no solo tenía un significado simbólico, sino también una utilidad práctica en la sociedad de la época.

En resumen, el arrayán es una palabra que tiene un significado especial dentro del contexto bíblico. Esta palabra se refiere a un tipo de árbol o arbusto de hojas perennes y se utiliza como símbolo de belleza, prosperidad y renovación en la Biblia. Además de su significado simbólico, el arrayán también tenía usos prácticos en la antigüedad, como en la medicina y en la fabricación de objetos de valor. A través de su mención en la Biblia, el arrayán nos recuerda la belleza y la abundancia de la creación de Dios, así como su poder para transformar nuestras vidas.

Versículos de Arrayán

Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de arrayán:

Nehemías 8:15 y que hiciesen saber, y pasar pregón por todas sus ciudades y por Jerusalén, diciendo: Salid al monte, y traed ramas de olivo, de olivo silvestre, de arrayán, de palmeras y de todo árbol frondoso, para hacer tabernáculos, como está escrito.

Isaías 41:19 Daré en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en la soledad cipreses, pinos y bojes juntamente,

Isaías 55:13 En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída.

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