El muslo es una parte del cuerpo humano que se encuentra en la región de la pierna. En la Biblia, la palabra muslo tiene un significado simbólico y espiritual más profundo. A lo largo de las Escrituras, el muslo se menciona en diferentes contextos y se asocia con la fuerza, la victoria y la bendición. Exploraremos el significado bíblico de la palabra muslo, su etimología y su origen.
La palabra muslo en hebreo se traduce como "yarek" (ירך) y en griego como "meros" (μηρός). Ambos términos se utilizan en la Biblia para referirse al muslo físico y también tienen un significado simbólico. La etimología de "yarek" proviene de una raíz que significa "fuerza" o "poder", lo que sugiere la conexión entre el muslo y la fortaleza en el contexto bíblico.
En el Antiguo Testamento, el muslo se menciona en varias ocasiones y se asocia con la bendición y la victoria. Por ejemplo, en el libro de Génesis, cuando Jacob lucha con un hombre toda la noche, el hombre toca la articulación de su muslo y Jacob queda cojo. Esta historia simboliza la lucha espiritual y la bendición que Jacob recibe después de haber perseverado.
En el libro de Éxodo, cuando Moisés y los israelitas cruzan el Mar Rojo, se menciona que los caballos y los carros de los egipcios fueron arrojados al mar por la mano poderosa de Dios. Los egipcios quedaron atónitos y exclamaron: "El Señor combate por ellos contra los egipcios". Esta victoria se asocia con el poder y la fuerza de Dios, representados simbólicamente en la mencionada acción de arrojar los muslos de los caballos y los carros al mar.
En el Nuevo Testamento, el muslo también se menciona en el contexto de la bendición y la victoria. En el libro de Apocalipsis, cuando Jesús regresa como el Rey de reyes y el Señor de señores, se describe que lleva escrito en su muslo: "Rey de reyes y Señor de señores". Esto simboliza su autoridad y dominio sobre toda la creación.
En resumen, el muslo en la Biblia tiene un significado simbólico que va más allá de su definición física. Representa la fuerza, la victoria y la bendición. La etimología de la palabra muslo en hebreo "yarek" y en griego "meros" sugiere la conexión entre el muslo y la fortaleza. A través de diversas historias y pasajes bíblicos, vemos cómo el muslo se asocia con la bendición y la victoria que provienen de Dios.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de muslo:
Génesis 24:2
Y dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo,
Génesis 32:32
Por esto no comen los hijos de Israel, hasta hoy día, del tendón que se contrajo, el cual está en el encaje del muslo; porque tocó a Jacob este sitio de su muslo en el tendón que se contrajo.
Éxodo 32:27
Y él les dijo: Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente.
Números 5:21
(el sacerdote conjurará a la mujer con juramento de maldición, y dirá a la mujer): Jehová te haga maldición y execración en medio de tu pueblo, haciendo Jehová que tu muslo caiga y que tu vientre se hinche;
Números 5:27
Le dará, pues, a beber las aguas; y si fuere inmunda y hubiere sido infiel a su marido, las aguas que obran maldición entrarán en ella para amargar, y su vientre se hinchará y caerá su muslo; y la mujer será maldición en medio de su pueblo.
Jueces 15:8
Y los hirió cadera y muslo con gran mortandad; y descendió y habitó en la cueva de la peña de Etam.
Job 40:17
Su cola mueve como un cedro, Y los nervios de sus muslos están entretejidos.
Cantares 3:8
Todos ellos tienen espadas, diestros en la guerra; Cada uno su espada sobre su muslo, Por los temores de la noche.
Cantares 7:1
¡Cuán hermosos son tus pies en las sandalias, Oh hija de príncipe! Los contornos de tus muslos son como joyas, Obra de mano de excelente maestro.
Jeremías 31:19
Porque después que me aparté tuve arrepentimiento, y después que reconocí mi falta, herí mi muslo; me avergoncé y me confundí, porque llevé la afrenta de mi juventud.