La palabra condenación tiene un significado profundo en la Biblia y es uno de los conceptos más importantes de la fe cristiana. En su forma más básica, la condenación se refiere a la sentencia de castigo eterno que se le otorga a aquellos que han pecado y se han apartado de la voluntad de Dios. Esta palabra tiene una etimología interesante y su origen se remonta a los tiempos bíblicos.
La palabra "condenación" proviene del latín "condemnatio", que a su vez deriva del verbo "condemnare", que significa "juzgar en contra" o "pronunciar una sentencia". En la Biblia, la palabra hebrea equivalente es "kharam", que se traduce como "destrucción" o "anatema". Ambas palabras tienen un sentido similar y se utilizan para describir la sentencia de castigo que Dios impone a aquellos que han cometido pecados graves.
El concepto de condenación tiene su origen en el Antiguo Testamento de la Biblia. En el libro de Génesis, vemos cómo Adán y Eva desobedecen a Dios al comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. Como resultado de su pecado, son expulsados del Jardín del Edén y se les impone una condenación. A partir de ese momento, la condenación se convierte en una realidad para toda la humanidad, ya que todos descendemos de Adán y Eva y heredamos su naturaleza pecaminosa.
En el Nuevo Testamento, Jesús habla extensamente sobre la condenación. Él enseña que aquellos que no creen en él y rechazan su oferta de salvación están condenados a la perdición eterna. En el Evangelio de Juan, Jesús dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios" (Juan 3:16-18).
La condenación, por lo tanto, es el destino final de aquellos que rechazan a Jesús como su Salvador y no se arrepienten de sus pecados. Es un castigo justo y merecido por alejarse de Dios y vivir una vida en rebelión contra sus mandamientos. Sin embargo, la Biblia también enseña que Dios es misericordioso y ofrece la salvación a todos aquellos que se arrepienten y creen en Jesús. En lugar de la condenación, aquellos que aceptan a Jesús como su Señor y Salvador reciben el regalo de la vida eterna.
En conclusión, la condenación es un concepto central en la fe cristiana y se refiere a la sentencia de castigo eterno que se le otorga a aquellos que han pecado y se han apartado de la voluntad de Dios. La palabra tiene una etimología interesante y su origen se remonta a los tiempos bíblicos. Aunque la condenación es una realidad para aquellos que rechazan a Jesús, la Biblia también nos enseña que Dios ofrece la salvación a través de su Hijo y aquellos que creen en él pueden escapar de la condenación y recibir vida eterna.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de condenación:
Mateo 23:14
¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación.
Marcos 12:40
que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor condenación.
Juan 3:19
Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Juan 5:24
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.
Hechos 25:15
respecto al cual, cuando fui a Jerusalén, se me presentaron los principales sacerdotes y los ancianos de los judíos, pidiendo condenación contra él.
Romanos 5:18
Así que, como por la transgresión de uno vino la condenación a todos los hombres, de la misma manera por la justicia de uno vino a todos los hombres la justificación de vida.
Romanos 8:1
Viviendo en el Espíritu Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
Santiago 5:12
Pero sobre todo, hermanos míos, no juréis, ni por el cielo, ni por la tierra, ni por ningún otro juramento; sino que vuestro sí sea sí, y vuestro no sea no, para que no caigáis en condenación.
2 Pedro 2:3
y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas. Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición no se duerme.
Apocalipsis 17:1
Condenación de la gran ramera Vino entonces uno de los siete ángeles que tenían las siete copas, y habló conmigo diciéndome: Ven acá, y te mostraré la sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas;