La palabra "luna" tiene un significado importante en la Biblia y está relacionada con varios aspectos espirituales y simbólicos. La etimología de la palabra "luna" proviene del latín "luna", que a su vez deriva del griego "selene". El origen de la palabra se remonta a las antiguas civilizaciones que adoraban y observaban el cielo nocturno.
En la Biblia, la palabra "luna" se menciona en varios pasajes que hacen referencia a su importancia en el calendario y en la adoración a Dios. Además, la luna también se utiliza como símbolo de luz y guía espiritual.
Uno de los primeros pasajes bíblicos que menciona la luna es en el libro de Génesis, donde se describe cómo Dios creó los cuerpos celestes, incluyendo el sol y la luna, para marcar los tiempos y las estaciones. En este contexto, la luna representa la medida del tiempo y la regularidad de los ciclos naturales.
En el libro de Salmos, la luna se menciona en varios salmos que alaban la grandeza de Dios y Su obra en la creación. Por ejemplo, en el Salmo 8:3 se dice: "Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste". Aquí, la luna se presenta como una de las muchas maravillas creadas por Dios y como testimonio de Su poder.
Además del papel de la luna en la medición del tiempo y en la adoración a Dios, también se le atribuye un significado simbólico en la Biblia. En el libro de Apocalipsis, por ejemplo, se menciona la luna como uno de los cuerpos celestes que se oscurecerá durante los eventos apocalípticos. Esto se interpreta como un símbolo de los cambios dramáticos que ocurrirán en la tierra en los últimos días.
En resumen, la palabra "luna" en la Biblia tiene un significado que va más allá de su función como cuerpo celeste. Representa la medida del tiempo, la adoración a Dios y también tiene un significado simbólico relacionado con los eventos apocalípticos. Su origen etimológico se remonta a las antiguas civilizaciones y su importancia en la Biblia muestra cómo los aspectos naturales y espirituales están entrelazados en la revelación divina.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de luna:
Génesis 37:9
Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí.
Deuteronomio 4:19
No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos.
1 Samuel 20:5
Y David respondió a Jonatán: He aquí que mañana será nueva luna, y yo acostumbro sentarme con el rey a comer; mas tú dejarás que me esconda en el campo hasta la tarde del tercer día.
1 Samuel 20:24
David, pues, se escondió en el campo, y cuando llegó la nueva luna, se sentó el rey a comer pan.
1 Samuel 20:34
Y se levantó Jonatán de la mesa con exaltada ira, y no comió pan el segundo día de la nueva luna; porque tenía dolor a causa de David, porque su padre le había afrentado.
2 Reyes 4:23
Él dijo: ¿Para qué vas a verle hoy? No es nueva luna, ni día de reposo. Y ella respondió: Paz.
1 Crónicas 23:31
y para ofrecer todos los holocaustos a Jehová los días de reposo, lunas nuevas y fiestas solemnes, según su número y de acuerdo con su rito, continuamente delante de Jehová;
2 Crónicas 2:4
He aquí, yo tengo que edificar casa al nombre de Jehová mi Dios, para consagrársela, para quemar incienso aromático delante de él, y para la colocación continua de los panes de la proposición, y para holocaustos a mañana y tarde, en los días de reposo, nuevas lunas, y festividades de Jehová nuestro Dios; lo cual ha de ser perpetuo en Israel.
2 Crónicas 8:13
para que ofreciesen cada cosa en su día, conforme al mandamiento de Moisés, en los días de reposo,, en las nuevas lunas, y en las fiestas solemnes tres veces en el año, esto es, en la fiesta de los panes sin levadura, en la fiesta de las semanas y en la fiesta de los tabernáculos.
Job 25:5
He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente, Ni las estrellas son limpias delante de sus ojos;