La palabra "shekinah" es un término hebreo que no se encuentra explícitamente en la Biblia, pero es ampliamente utilizado para describir la presencia divina de Dios. Aunque no se encuentra en los textos bíblicos, su uso se deriva de la interpretación y la tradición judía.
La etimología de la palabra "shekinah" proviene del término hebreo "shachan", que significa "habitar" o "residir". Por lo tanto, "shekinah" se refiere a la morada de Dios, su presencia que habita en un lugar específico o se manifiesta a través de su gloria.
En el contexto bíblico, la shekinah se refiere a la manifestación visible de la presencia de Dios. En el Antiguo Testamento, la shekinah se manifiesta de diversas maneras, como una nube brillante, una columna de fuego o una luz resplandeciente. Por ejemplo, en Éxodo 40:34-35, se describe cómo la nube de la gloria de Dios cubrió el tabernáculo después de que Moisés lo completara: "Entonces la nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo". Esta manifestación de la shekinah indicaba la presencia de Dios en medio de su pueblo.
Otro ejemplo de la shekinah se encuentra en el templo de Salomón. Después de que se completó la construcción del templo, se dice que la gloria de Dios llenó el lugar: "Y cuando los sacerdotes salieron del Lugar Santo, una nube llenó la casa de Jehová, de manera que los sacerdotes no podían estar allí para ministrar, a causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová" (1 Reyes 8:10-11).
La shekinah también está relacionada con la presencia de Dios en la adoración y en la comunidad de creyentes. En el libro de Salmos, se menciona la shekinah en el contexto de la alabanza y la adoración a Dios: "El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente" (Salmo 91:1). Aquí, la shekinah se presenta como un refugio y una protección para aquellos que buscan a Dios y se refugian en su presencia.
En el Nuevo Testamento, la shekinah se manifiesta en la persona de Jesucristo. En Juan 1:14, se describe a Jesús como "la Palabra [que] se hizo carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad". La palabra "habitó" en este versículo se traduce del término griego "skenoo", que tiene una conexión directa con la shekinah. Aquí, Jesús es la manifestación de la presencia divina entre los hombres.
En resumen, la palabra "shekinah" describe la presencia divina de Dios que habita en un lugar específico o se manifiesta a través de su gloria. Aunque no se encuentra explícitamente en la Biblia, su uso se deriva de la tradición judía y se refiere a la manifestación visible de la presencia de Dios en el Antiguo Testamento. En el Nuevo Testamento, la shekinah se manifiesta en la persona de Jesucristo como la encarnación de la presencia divina. La shekinah representa la cercanía de Dios, su protección y su manifestación en la adoración y la comunidad de creyentes.
Última actualización: 03 febrero, 2024
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