La palabra morador tiene un significado importante en la Biblia y se utiliza para describir a alguien que habita o reside en un lugar específico. En su origen, la palabra proviene del latín "morari", que significa "morar" o "habitar". En el contexto bíblico, el término se utiliza para referirse a aquellos que viven en un lugar determinado, ya sea una ciudad, una tierra o incluso el templo de Dios.
El concepto de morador en la Biblia se puede encontrar en varios pasajes. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento, se menciona a los moradores de la tierra de Canaán, que eran los habitantes originales de la región antes de la llegada de los israelitas. Estos moradores eran considerados como pueblos paganos y a menudo se los menciona en el contexto de la conquista de la tierra prometida por parte de los israelitas.
Otro ejemplo de la utilización de la palabra morador en la Biblia es en relación al tabernáculo y el templo de Dios. En el libro de Éxodo, se describe cómo Dios hizo morar su presencia entre su pueblo a través del tabernáculo. El tabernáculo era un lugar sagrado donde Dios se encontraba con su pueblo y donde los sacerdotes realizaban los rituales y sacrificios. En el caso del templo, construido por el rey Salomón, también se menciona que Dios escogería un lugar para hacer morar su nombre.
Además de estos ejemplos, la palabra morador también se utiliza en la Biblia para referirse a los habitantes de ciudades específicas, como los moradores de Jerusalén o los moradores de Babilonia. En estos casos, la palabra se utiliza para describir a las personas que vivían en esas ciudades y que formaban parte de su comunidad.
En resumen, la palabra morador en la Biblia se refiere a aquellos que habitan o residen en un lugar específico. Su origen radica en el latín "morari" y se utiliza en diferentes contextos para describir a los habitantes de la tierra de Canaán, los adoradores en el tabernáculo y el templo de Dios, así como los habitantes de ciudades específicas. A través de su uso en la Biblia, esta palabra nos enseña sobre la importancia de la presencia de Dios entre su pueblo y la relación entre Dios y aquellos que habitan en su tierra.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de morador:
Génesis 50:11
Y viendo los moradores de la tierra, los cananeos, el llanto en la era de Atad, dijeron: Llanto grande es este de los egipcios; por eso fue llamado su nombre Abel-mizraim, que está al otro lado del Jordán.
Éxodo 15:15
Entonces los caudillos de Edom se turbarán; A los valientes de Moab les sobrecogerá temblor; Se acobardarán todos los moradores de Canaán.
Éxodo 34:12
Guárdate de hacer alianza con los moradores de la tierra donde has de entrar, para que no sean tropezadero en medio de ti.
Levítico 25:10
Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia.
Números 32:17
y nosotros nos armaremos, e iremos con diligencia delante de los hijos de Israel, hasta que los metamos en su lugar; y nuestros niños quedarán en ciudades fortificadas a causa de los moradores del país.
Deuteronomio 13:15
irremisiblemente herirás a filo de espada a los moradores de aquella ciudad, destruyéndola con todo lo que en ella hubiere, y también matarás sus ganados a filo de espada.
Josué 2:9
Sé que Jehová os ha dado esta tierra; porque el temor de vosotros ha caído sobre nosotros, y todos los moradores del país ya han desmayado por causa de vosotros.
Josué 2:24
Y dijeron a Josué: Jehová ha entregado toda la tierra en nuestras manos; y también todos los moradores del país desmayan delante de nosotros.
Josué 8:24
Y cuando los israelitas acabaron de matar a todos los moradores de Hai en el campo y en el desierto a donde los habían perseguido, y todos habían caído a filo de espada hasta ser consumidos, todos los israelitas volvieron a Hai, y también la hirieron a filo de espada.
Josué 9:11
Por lo cual nuestros ancianos y todos los moradores de nuestra tierra nos dijeron: Tomad en vuestras manos provisión para el camino, e id al encuentro de ellos, y decidles: Nosotros somos vuestros siervos; haced ahora alianza con nosotros.