Amonita Significado Bíblico

La palabra amonita tiene un significado muy especial en la Biblia. Se refiere a un pueblo que vivió en la antigüedad y que tuvo un papel importante en la historia de Israel. La etimología de la palabra amonita proviene del hebreo "ammoni", que significa "hijo de Amón". Amón era una deidad adorada por los amonitas, y se le asociaba con el sol y la fertilidad.

Los amonitas eran descendientes de Lot, sobrino de Abraham, y se establecieron en la región de Amón, al este del río Jordán. En la Biblia, se mencionan varias veces a los amonitas, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. En muchos casos, se les describe como enemigos de Israel y se relatan los conflictos y guerras que tuvieron con el pueblo de Dios.

En el libro de Génesis, se menciona que los amonitas eran descendientes de Ben-ammi, hijo de Lot y su hija menor. En Deuteronomio, se establece que los amonitas no debían ser considerados como enemigos permanentes de Israel, ya que su tierra no les había sido dada como herencia. Sin embargo, en el libro de Jueces, se narra que los amonitas oprimieron a los israelitas durante 18 años.

En el libro de Jeremías, se profetiza la destrucción de Amón y se menciona que los amonitas serían llevados en cautiverio. Además, se les acusa de haberse burlado del pueblo de Dios en tiempos de crisis. En el libro de Ezequiel, se profetiza también la destrucción de Amón y se menciona que sería convertida en pastizales para los rebaños de Israel.

En el Nuevo Testamento, en el libro de Hechos, se menciona a un amonita llamado Alejandro, quien junto con otros judíos, se opuso a Pablo en Efeso. Sin embargo, no se proporciona más información sobre los amonitas en el contexto del cristianismo primitivo.

En resumen, la palabra amonita en la Biblia se refiere a un pueblo que fue enemigo de Israel y que tuvo un papel importante en la historia bíblica. Su etimología proviene del hebreo y se asocia con la adoración a la deidad Amón. A lo largo de los libros bíblicos, se relatan los conflictos y las profecías de destrucción que involucran a los amonitas.

Versículos de Amonita

Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de amonita:

Deuteronomio 2:21 pueblo grande y numeroso, y alto, como los hijos de Anac; a los cuales Jehová destruyó delante de los amonitas. Estos sucedieron a aquellos, y habitaron en su lugar,

Jueces 10:6 Jefté liberta a Israel de los amonitas Pero los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales y a Astarot, a los dioses de Siria, a los dioses de Sidón, a los dioses de Moab, a los dioses de los hijos de Amón y a los dioses de los filisteos; y dejaron a Jehová, y no le sirvieron.

Jueces 11:12 Y envió Jefté mensajeros al rey de los amonitas, diciendo: ¿Qué tienes tú conmigo, que has venido a mí para hacer guerra contra mi tierra?

Jueces 11:13 El rey de los amonitas respondió a los mensajeros de Jefté: Por cuanto Israel tomó mi tierra, cuando subió de Egipto, desde Arnón hasta Jaboc y el Jordán; ahora, pues, devuélvela en paz.

Jueces 11:31 cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto.

1 Samuel 11:2 Y Nahas amonita les respondió: Con esta condición haré alianza con vosotros, que a cada uno de todos vosotros saque el ojo derecho, y ponga esta afrenta sobre todo Israel.

2 Samuel 10:1 Derrotas de amonitas y sirios(1 Cr. 19.1-19) Después de esto, aconteció que murió el rey de los hijos de Amón, y reinó en lugar suyo Hanún su hijo.

2 Samuel 10:10 Entregó luego el resto del ejército en mano de Abisai su hermano, y lo alineó para encontrar a los amonitas.

2 Samuel 11:1 David y Betsabé Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén.

1 Reyes 14:21 Reinado de Roboam(2 Cr. 12.1-16) Roboam hijo de Salomón reinó en Judá. De cuarenta y un años era Roboam cuando comenzó a reinar, y diecisiete años reinó en Jerusalén, ciudad que Jehová eligió de todas las tribus de Israel, para poner allí su nombre. El nombre de su madre fue Naama, amonita.

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