Claudicar es una palabra que proviene del latín claudicare, que significa cojear. Esta palabra se utiliza a menudo en la Biblia para representar la debilidad humana. La palabra claudicar se utiliza en dos contextos principales en la Biblia: para referirse a la debilidad humana inherente y para referirse a los hombres que claudican por causa del pecado.
En la Biblia, claudicar se usa para describir la debilidad humana inherente. Esto se menciona muchas veces en el Antiguo Testamento, generalmente en relación con la incapacidad de los hombres para cumplir la ley de Dios. En Salmos 38:4 se dice: “Porque mis pecados se han levantado sobre mi cabeza; como una carga pesada me han afligido”. Esto se entiende como una referencia a la debilidad humana.
En el Nuevo Testamento, el término se usa para describir la debilidad humana de otra manera. En Romanos 7:14-25, Pablo explica cómo los hombres pueden ser esclavos de sus deseos pecaminosos. Esto se describe como claudicar, pues los hombres no pueden resistir a sus deseos pecaminosos debido a su debilidad.
Además, en la Biblia, claudicar se usa para referirse a los hombres que claudican como resultado del pecado. En Proverbios 4:10-11 se dice: “Escucha, hijo mío, acepta mis palabras, y los años de tu vida se te multiplicarán. Yo te enseñaré el camino de la sabiduría; me encaminarás por sendas de rectitud”. Esto se entiende como una advertencia de no dejarse llevar por el pecado o claudicar.
En el Nuevo Testamento, el término claudicar también se usa para referirse a los efectos del pecado. En Hebreos 12:1 se dice: “Por tanto, nosotros también, puesto que estamos rodeados de una gran multitud de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante”. Esto se entiende como un llamado a resistir el pecado para evitar claudicar.
En definitiva, claudicar es un término usado en la Biblia para describir la debilidad humana. Representa tanto la debilidad humana inherente como los efectos del pecado. Esta palabra nos recuerda que la debilidad humana es una realidad, pero también nos inspira a resistir el pecado para evitar claudicar.
Última actualización: 12 abril, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de claudicar:
1 Reyes 18:21
Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.
Jeremías 20:10
Porque oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad, denunciémosle. Todos mis amigos miraban si claudicaría. Quizá se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y tomaremos de él nuestra venganza.