Las velas han sido utilizadas a lo largo de la historia como un elemento simbólico con diversas connotaciones. En el contexto bíblico, la presencia de velas adquiere un significado especial que se entrelaza con la luz, la espiritualidad y la conexión con lo divino.
La palabra "velas" tiene sus raíces en el latín vulgar "vellere", que significa arrancar o rasgar. Este término se relaciona con la acción de extraer la mecha de la vela para encenderla. En la Biblia, las velas son mencionadas en varios pasajes, y su simbolismo va más allá de la simple iluminación.
En el Antiguo Testamento, específicamente en el libro de Éxodo, las velas son referidas en el contexto del Tabernáculo. En Éxodo 25:31-40, Dios instruye a Moisés sobre la construcción del candelabro de oro puro, conocido como el menorah, que debía colocarse en el Lugar Santo. Este candelabro de siete brazos representaba la presencia divina y la luz de Dios que guía a su pueblo.
La utilización de velas como símbolo de luz también se encuentra en el Nuevo Testamento. En el Evangelio de Mateo 5:14-16, Jesús dice a sus discípulos: "Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en lo alto de un monte. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos."
Este pasaje destaca la responsabilidad de los seguidores de Cristo de ser portadores de la luz divina, revelando la importancia espiritual de las velas como símbolo de iluminación y guía espiritual. La conexión entre las velas y la presencia divina es evidente en estos versículos, ya que se enfatiza la idea de que la luz debe brillar ante los demás, mostrando el camino hacia Dios.
En la liturgia cristiana, las velas también desempeñan un papel crucial. En muchos rituales y ceremonias, las velas son encendidas como una representación simbólica de la presencia de Dios, la verdad y la esperanza. Además, en la celebración de la Santa Cena, las velas suelen estar presentes como elementos que iluminan el momento de comunión y reflexión espiritual.
La etimología de la palabra "velas" y su uso en la Biblia resaltan la importancia de la luz como símbolo divino. La conexión entre las velas y la espiritualidad ha perdurado a lo largo de los siglos, trascendiendo fronteras y denominaciones cristianas.
En conclusión, las velas en el contexto bíblico representan la luz divina, la guía espiritual y la responsabilidad de los creyentes de reflejar esa luz ante el mundo. Su presencia en la Biblia y en la liturgia cristiana subraya la importancia de la iluminación espiritual y la conexión con lo sagrado a través de este símbolo ancestral.
Última actualización: 03 febrero, 2024
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de velas:
1 Samuel 26:12
Se llevó, pues, David la lanza y la vasija de agua de la cabecera de Saúl, y se fueron; y no hubo nadie que viese, ni entendiese, ni velase, pues todos dormían; porque un profundo sueño enviado de Jehová había caído sobre ellos.
Marcos 13:34
Es como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio autoridad a sus siervos, y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase.
Hechos 27:17
Y una vez subido a bordo, usaron de refuerzos para ceñir la nave; y teniendo temor de dar en la Sirte, arriaron las velas y quedaron a la deriva.
Apocalipsis 3:3
Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.