La palabra judío tiene un significado muy importante en la Biblia y está relacionada con el pueblo de Israel y su historia. El término "judío" proviene del hebreo "יהודי" (yehudi), que significa "de Judá". Judá era uno de los doce hijos de Jacob, y su descendencia se convirtió en la tribu de Judá, una de las tribus más importantes de Israel.
En la Biblia, el término "judío" se utiliza tanto para referirse a los descendientes de la tribu de Judá como a los habitantes del reino de Judá y, posteriormente, a todos los seguidores del judaísmo. También se utiliza para distinguir a los judíos de otras naciones y pueblos.
El origen de la palabra "judío" se encuentra en el Antiguo Testamento de la Biblia, específicamente en el libro de Génesis. En Génesis 29:35, cuando Lea da a luz a su cuarto hijo, llamado Judá, ella dice: "Esta vez alabaré a Jehová". La palabra "alabar" en hebreo se traduce como "hodah", que tiene una raíz similar a "Judá". Es por eso que el nombre Judá se interpreta como "alabanza" o "alabado" en hebreo.
A lo largo de la historia bíblica, el término "judío" adquiere un significado más amplio y se convierte en un símbolo de identidad religiosa y étnica. Los judíos son considerados el pueblo elegido por Dios y tienen una relación especial con Él. Además, la Biblia menciona que el Mesías prometido vendría de la línea de Judá, lo que también enfatiza la importancia de esta tribu en la historia de la salvación.
En el Nuevo Testamento, el término "judío" adquiere un nuevo significado, especialmente en relación con el cristianismo. A medida que se expande la fe cristiana, los seguidores de Jesús, que en su mayoría eran judíos, comenzaron a ser llamados "cristianos". Sin embargo, la identidad judía y la relación con la tradición y la historia judía siguen siendo fundamentales en el cristianismo.
En resumen, la palabra "judío" tiene un significado profundo en la Biblia y está relacionada con la tribu de Judá, el reino de Judá y el pueblo de Israel en general. Representa una identidad religiosa y étnica especial, así como una relación especial con Dios. Además, el término "judío" adquiere un nuevo significado en el contexto del cristianismo, pero la conexión con la tradición y la historia judía sigue siendo importante.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de judío:
Esdras 4:12
Sea notorio al rey, que los judíos que subieron de ti a nosotros vinieron a Jerusalén; y edifican la ciudad rebelde y mala, y levantan los muros y reparan los fundamentos.
Esdras 5:5
Mas los ojos de Dios estaban sobre los ancianos de los judíos, y no les hicieron cesar hasta que el asunto fuese llevado a Darío; y entonces respondieron por carta sobre esto.
Nehemías 2:16
Y no sabían los oficiales a dónde yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había declarado yo a los judíos y sacerdotes, ni a los nobles y oficiales, ni a los demás que hacían la obra.
Nehemías 4:1
Precauciones contra los enemigos Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de los judíos.
Nehemías 4:2
Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron quemadas?
Nehemías 4:12
Pero sucedió que cuando venían los judíos que habitaban entre ellos, nos decían hasta diez veces: De todos los lugares de donde volviereis, ellos caerán sobre vosotros.
Nehemías 13:23
Vi asimismo en aquellos días a judíos que habían tomado mujeres de Asdod, amonitas, y moabitas;
Ester 2:5
Había en Susa residencia real un varón judío cuyo nombre era Mardoqueo hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, del linaje de Benjamín;
Ester 3:6
Pero tuvo en poco poner mano en Mardoqueo solamente, pues ya le habían declarado cuál era el pueblo de Mardoqueo; y procuró Amán destruir a todos los judíos que había en el reino de Asuero, al pueblo de Mardoqueo.
Ester 3:13
Y fueron enviadas cartas por medio de correos a todas las provincias del rey, con la orden de destruir, matar y exterminar a todos los judíos, jóvenes y ancianos, niños y mujeres, en un mismo día, en el día trece del mes duodécimo, que es el mes de Adar, y de apoderarse de sus bienes.