El resentimiento es una palabra que tiene un significado profundo en la Biblia. En el contexto bíblico, el resentimiento se refiere a un sentimiento de amargura y enojo que se alberga hacia alguien debido a un daño percibido o real que ha sido infligido. Este sentimiento puede surgir como resultado de una injusticia, una traición o una ofensa personal.
La etimología de la palabra "resentimiento" proviene del latín "resentire", que significa "sentir de nuevo". Esto indica que el resentimiento implica revivir una emoción negativa hacia alguien o algo. En la Biblia, el resentimiento se menciona en varios pasajes como un sentimiento que se debe evitar y superar.
El resentimiento tiene graves consecuencias espirituales y emocionales. En Efesios 4:31-32, se nos exhorta a "quitar de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia" y a ser "bondadosos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo". Esta enseñanza nos muestra que el resentimiento es contrario al amor y la gracia de Dios.
En el contexto bíblico, el resentimiento nos separa de Dios y de los demás. Nos impide experimentar el perdón, la paz y la reconciliación. El apóstol Pablo advierte en Romanos 12:19-21 que no debemos tomar venganza por nosotros mismos, sino dejar lugar a la ira de Dios. En cambio, debemos responder al mal con el bien y buscar la reconciliación en lugar de alimentar el resentimiento.
El resentimiento también se contrapone al mandamiento de amar a nuestros enemigos. En Mateo 5:43-44, Jesús dice: "Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen". Esta enseñanza nos muestra que debemos dejar de lado el resentimiento y buscar el perdón y la reconciliación incluso con aquellos que nos han hecho daño.
En resumen, el resentimiento es un sentimiento negativo que se menciona en la Biblia como algo que debemos evitar y superar. El resentimiento nos separa de Dios y de los demás, impidiendo la reconciliación y el perdón. Nos impide experimentar la gracia y el amor de Dios. En su lugar, se nos enseña a ser bondadosos, misericordiosos y perdonadores, buscando la reconciliación y el amor incluso con aquellos que nos han ofendido. El resentimiento no tiene lugar en la vida de un creyente y debemos esforzarnos por superarlo y vivir en armonía con Dios y con nuestros semejantes.
Última actualización: 03 febrero, 2024
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