La palabra "demandar" tiene un significado profundo en el contexto bíblico. En la Biblia, esta palabra se utiliza para describir una solicitud o petición dirigida a Dios o a otra persona. Se deriva del latín "demandare", que significa "poner en manos de alguien". A lo largo de la historia, la palabra ha evolucionado en su significado y uso, pero en la Biblia se mantiene su esencia original.
En la Biblia, la palabra "demandar" se utiliza en diferentes contextos, pero siempre con la idea de hacer una solicitud o buscar algo específico. Por ejemplo, en el Salmo 20:1, se dice: "El Señor te oiga en el día de conflicto; el nombre del Dios de Jacob te defienda". Aquí, la palabra "demandar" se refiere a hacer una petición o súplica a Dios en un momento de necesidad o dificultad.
Otro ejemplo se encuentra en el libro de Mateo 6:11, donde Jesús enseña a sus discípulos a orar diciendo: "El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy". En este caso, la palabra "demandar" se utiliza para expresar la petición de obtener el alimento necesario para sobrevivir.
Además, la palabra "demandar" también se utiliza en el contexto legal. En la Biblia, se hace referencia a la demanda o pleito legal que una persona puede presentar ante un juez o autoridad para buscar justicia. En el libro de Deuteronomio 19:17, se establece: "Ambas partes del pleito se presentarán delante de Jehová, ante los sacerdotes y los jueces que hubiere en aquellos días". Aquí, la palabra "demandar" se utiliza para describir el proceso legal de buscar justicia y resolver conflictos.
En resumen, la palabra "demandar" en la Biblia se refiere a hacer una solicitud o petición a Dios o a otra persona, ya sea en momentos de necesidad, para obtener algo específico o para buscar justicia en un contexto legal. Su etimología y origen en el latín "demandare" nos muestra el poder y la importancia de poner nuestras necesidades y deseos en las manos de Dios, confiando en su respuesta y provisión.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de demandar:
Deuteronomio 15:3
Del extranjero demandarás el reintegro; pero lo que tu hermano tuviere tuyo, lo perdonará tu mano,
Deuteronomio 23:21
Cuando haces voto a Jehová tu Dios, no tardes en pagarlo; porque ciertamente lo demandará Jehová tu Dios de ti, y sería pecado en ti.
2 Samuel 4:11
¿Cuánto más a los malos hombres que mataron a un hombre justo en su casa, y sobre su cama? Ahora, pues, ¿no he de demandar yo su sangre de vuestras manos, y quitaros de la tierra?
Nehemías 5:12
Y dijeron: Lo devolveremos, y nada les demandaremos; haremos así como tú dices. Entonces convoqué a los sacerdotes, y les hice jurar que harían conforme a esto.
Salmos 44:21
¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón.
Ezequiel 3:18
Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad, pero su sangre demandaré de tu mano.
Ezequiel 20:40
Pero en mi santo monte, en el alto monte de Israel, dice Jehová el Señor, allí me servirá toda la casa de Israel, toda ella en la tierra; allí los aceptaré, y allí demandaré vuestras ofrendas, y las primicias de vuestros dones, con todas vuestras cosas consagradas.
Ezequiel 33:6
Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, este fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya.
Ezequiel 33:8
Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano.
Ezequiel 34:10
Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus bocas, y no les serán más por comida.