Indolente Significado Bíblico

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El indolente según la Biblia es aquel que es perezoso, insensible y carente de voluntad para esforzarse. La indolencia no debe ser alentada por ningún cristiano, ni para sí mismo ni para los demás. Es verdad que en la Palabra se nos incentiva a dar, ser misericordiosos y compasivos con el prójimo (Lucas 6:30, 35-36). Sin embargo, esto no quiere decir que debamos alimentar la dependencia, ni contribuir de manera alguna a que una persona no haga el esfuerzo necesario para salir adelante.

La palabra indolente proviene del latín “indolens, indolentis” que significa “al que no le duele, el que no sufre”. Al pensar en qué es indolente en la Biblia, el origen etimológico nos ayuda mucho a entender. El indolente es aquel que busca aprovecharse de otros o actúa con maldad sin el menor remordimiento. También es aquel que ve actos de injusticia y pudiendo revertirlos o defender a los más débiles no lo hace, porque no se conmueve en absoluto.

Las personas pueden caer en la indolencia por muchos motivos: la avaricia, el deseo de control, heridas profundas que la insensibilizan, entre otros. Es preciso tener sabiduría y buen discernimiento frente a personas así, pues no siempre se muestran malvadas, sino que en ocasiones solo expresan su necesidad de ayuda.

Un cristiano debe ayudar a un hermano que está en necesidad, hacerlo es muy positivo, pero es muy delgada la línea entre ayudar y fomentar la dependencia. Hay personas que se aprovechan de la bondad de otros para tener una vida cómoda, no hacerse cargo de sí mismos y no tener que esforzarse para lograr lo que desean. Es necesario pedir la sabiduría de Dios para saber diferenciar un caso del otro y así poder brindar la guía adecuada.

Versículos de Indolente

Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de indolente:

Proverbios 12:27 El indolente ni aun asará lo que ha cazado; Pero haber precioso del hombre es la diligencia.

Isaías 32:9 Advertencia a las mujeres de Jerusalén Mujeres indolentes, levantaos, oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi razón.

Isaías 32:11 Temblad, oh indolentes; turbaos, oh confiadas; despojaos, desnudaos, ceñid los lomos con cilicio.

Jeremías 48:10 Maldito el que hiciere indolentemente la obra de Jehová, y maldito el que detuviere de la sangre su espada.