La palabra "mancilla" tiene un significado muy importante en la Biblia. En su origen, proviene del latín "mancilla", que significa "mancha" o "deshonra". En el contexto bíblico, se refiere a una acción o situación que implica una falta de pureza, una mancha en la moral o en la integridad de una persona.
En la Biblia, la palabra "mancilla" aparece en varios pasajes que destacan la importancia de mantenerse libres de toda mancha o deshonra. Por ejemplo, en el libro de Levítico, se menciona que los sacerdotes deben ser sin mancilla para poder ofrecer sacrificios a Dios. Esto implica que deben ser personas de integridad moral, sin ningún tipo de impureza en su vida.
Además, en el libro de Proverbios, se hace referencia a la mancilla como algo que puede afectar la reputación de una persona. Se menciona que el que anda en la integridad, anda confiado, pero el que pervierte sus caminos será conocido. Esto indica que una mancilla en la vida de una persona puede afectar su reputación y la confianza que los demás depositan en ella.
En el Nuevo Testamento, la palabra "mancilla" también se utiliza para hablar de la necesidad de mantenernos alejados del pecado y de todo lo que pueda manchar nuestra vida espiritual. En la carta de Santiago, se menciona que la religión pura y sin mancha delante de Dios Padre es visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo. Esto resalta la importancia de vivir una vida en santidad y pureza, alejados de todo lo que pueda manchar nuestra relación con Dios.
En resumen, la palabra "mancilla" en la Biblia se refiere a una falta de pureza moral o espiritual, una mancha en la integridad de una persona. Es importante mantenernos libres de toda mancilla, viviendo una vida en santidad y pureza, para poder mantener una buena relación con Dios y para preservar nuestra reputación y la confianza de los demás.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de mancilla:
Hebreos 13:4
Honroso sea en todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios.
Judas 1:8
No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores.