La palabra residencia tiene un significado muy profundo en la Biblia. En su sentido más básico, se refiere al lugar donde alguien vive o habita. Sin embargo, en el contexto bíblico, este término adquiere un significado más espiritual y trascendental.
La etimología de la palabra residencia proviene del latín "residens", que significa "permanecer". Esto nos indica que residencia implica tener una morada o lugar de permanencia. En la Biblia, la residencia tiene un significado más profundo que simplemente un lugar físico donde alguien vive.
En el Antiguo Testamento, encontramos numerosas referencias a la residencia de Dios. Por ejemplo, en el Salmo 90:1 se dice: "Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación". Aquí, la palabra "refugio" puede ser entendida como la residencia de Dios, el lugar donde Él habita y donde su presencia es tangible.
Otro ejemplo significativo se encuentra en el libro del Éxodo, cuando el pueblo de Israel construyó el tabernáculo. En Éxodo 40:34-35 se describe cómo la nube de la gloria de Dios llenó el tabernáculo, convirtiéndolo en su residencia: "Entonces la nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Moisés no pudo entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenó".
La residencia de Dios también se menciona en el Nuevo Testamento. En el libro de Juan, Jesús promete a sus seguidores que él y el Padre vendrán a hacer residencia en ellos. En Juan 14:23, Jesús dice: "El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos morada con él". Esta promesa es una invitación a tener una relación íntima con Dios, donde Él habita en el corazón de sus seguidores.
El concepto de residencia también se relaciona con el concepto de templo. En la Biblia, el templo era considerado la residencia de Dios en la Tierra. Sin embargo, con la venida de Jesús, el templo físico ya no era necesario, ya que el propio Jesús se convirtió en el templo viviente de Dios. En Juan 2:19-21, Jesús dice: "Destruid este templo, y en tres días lo levantaré... Mas él hablaba del templo de su cuerpo". Jesús se convirtió en la residencia de Dios en la Tierra, y a través de su muerte y resurrección, abrió el camino para que todos pudieran tener una residencia espiritual con Dios.
En resumen, la palabra residencia en la Biblia va más allá de un simple lugar físico donde alguien vive. Implica tener una relación íntima con Dios, donde Él habita en el corazón de sus seguidores. Jesús se convirtió en la residencia de Dios en la Tierra y abrió el camino para que todos puedan tener una morada espiritual con Dios. Esta residencia espiritual nos brinda refugio, consuelo y la certeza de que Dios está siempre presente en nuestras vidas.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de residencia:
Ester 2:3
y ponga el rey personas en todas las provincias de su reino, que lleven a todas las jóvenes vírgenes de buen parecer a Susa, residencia real, a la casa de las mujeres, al cuidado de Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres, y que les den sus atavíos;
Ester 2:5
Había en Susa residencia real un varón judío cuyo nombre era Mardoqueo hijo de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, del linaje de Benjamín;
Ester 2:8
Sucedió, pues, que cuando se divulgó el mandamiento y decreto del rey, y habían reunido a muchas doncellas en Susa residencia real, a cargo de Hegai, Ester también fue llevada a la casa del rey, al cuidado de Hegai guarda de las mujeres.
Ester 9:11
El mismo día se le dio cuenta al rey acerca del número de los muertos en Susa, residencia real.