El cordero de Dios es un concepto bíblico de gran importancia en el cristianismo. Aparece tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento y tiene un profundo significado simbólico. Para entender su significado, es necesario explorar su etimología y origen.
El término "cordero de Dios" proviene del hebreo "seh ha'Elohim" y del griego "amnos tou Theou". En ambos casos, la palabra "seh" o "amnos" se refiere a un cordero joven, generalmente sin mancha y sin defecto. Por lo tanto, el cordero de Dios se presenta como un sacrificio perfecto e inmaculado.
El origen del concepto de cordero de Dios se remonta al Antiguo Testamento. En el libro del Éxodo, se relata la historia del pueblo de Israel durante su liberación de la esclavitud en Egipto. Para proteger a los israelitas de la plaga final que azotaría a Egipto, Dios les ordenó sacrificar un cordero y poner su sangre en los postes de las puertas. La sangre del cordero actuó como un signo para que el ángel de la muerte pasara de largo por las casas de los israelitas.
Esta conexión entre el cordero sacrificado y la protección divina se profundiza en el libro de Isaías. El profeta Isaías habla del siervo de Dios que sufrirá y será sacrificado en lugar de la humanidad. En Isaías 53:7 se dice: "Como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció y no abrió su boca". Este pasaje profético ha sido interpretado por los cristianos como una referencia al sacrificio de Jesucristo, el cordero de Dios que fue sacrificado por la redención de la humanidad.
En el Nuevo Testamento, el término "cordero de Dios" se menciona varias veces en relación con Jesucristo. En el Evangelio de Juan, Juan el Bautista se refiere a Jesús como el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. En Juan 1:29, Juan el Bautista dice: "He aquí el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". Esta declaración señala a Jesús como el sacrificio final y perfecto que ofrece la redención y el perdón de los pecados.
El simbolismo del cordero de Dios en la Biblia es poderoso y profundo. Representa la pureza, la inocencia y el sacrificio vicario. Jesucristo, como el cordero de Dios, se ofreció a sí mismo como el sacrificio final y perfecto para la salvación de la humanidad. Su muerte y resurrección son fundamentales en la fe cristiana y simbolizan la redención y el perdón de los pecados.
En conclusión, el cordero de Dios es un concepto bíblico que tiene un significado simbólico profundo en el cristianismo. Representa el sacrificio perfecto e inmaculado de Jesucristo por la redención de la humanidad. Su etimología y origen se encuentran en el Antiguo Testamento, donde el sacrificio de un cordero protegía al pueblo de Israel de la plaga final en Egipto. A lo largo del Nuevo Testamento, el término "cordero de Dios" se utiliza para referirse a Jesucristo como el sacrificio final y perfecto que quita el pecado del mundo.
Última actualización: 03 julio, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de cordero de dios:
Génesis 22:8
Y respondió Abraham: Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío. E iban juntos.
Esdras 6:9
Y lo que fuere necesario, becerros, carneros y corderos para holocaustos al Dios del cielo, trigo, sal, vino y aceite, conforme a lo que dijeren los sacerdotes que están en Jerusalén, les sea dado día por día sin obstáculo alguno,
Esdras 6:17
Y ofrecieron en la dedicación de esta casa de Dios cien becerros, doscientos carneros y cuatrocientos corderos; y doce machos cabríos en expiación por todo Israel, conforme al número de las tribus de Israel.
Juan 1:29
El Cordero de Dios El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
Juan 1:36
Y mirando a Jesús que andaba por allí, dijo: He aquí el Cordero de Dios.
Apocalipsis 14:4
Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero;
Apocalipsis 19:9
La cena de las bodas del Cordero Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.
Apocalipsis 21:22
Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.
Apocalipsis 21:23
La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.
Apocalipsis 22:1
Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.