La incredulidad es un término bíblico que se refiere a la falta de fe o confianza en Dios y en sus promesas. La palabra incredulidad proviene del latín "incredulus", que significa "sin creencia" o "sin fe". En la Biblia, la palabra se utiliza para describir a aquellos que no creen en Dios o que tienen dudas sobre su existencia y su poder.
La incredulidad es vista como un pecado en la Biblia, ya que implica una falta de confianza en Dios y en su palabra. En el Antiguo Testamento, la incredulidad se asocia con la desobediencia y la rebeldía contra Dios. Por ejemplo, en el libro de Éxodo, el pueblo de Israel es descrito como incrédulo porque no confían en que Dios pueda sacarlos de la esclavitud en Egipto.
En el Nuevo Testamento, la incredulidad se presenta como un obstáculo para la salvación. Jesús habla a menudo de la incredulidad de sus seguidores y de aquellos que se oponen a él. En el evangelio de Juan, Jesús dice: "Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios" (Juan 3:16-18).
La incredulidad también se presenta como un obstáculo para la vida cristiana. En el libro de Hebreos, se dice que los israelitas no pudieron entrar en la tierra prometida debido a su incredulidad. El autor de Hebreos exhorta a sus lectores a no caer en el mismo error: "Mira, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo" (Hebreos 3:12).
En resumen, la incredulidad es un término bíblico que se refiere a la falta de fe o confianza en Dios y en sus promesas. La palabra se utiliza tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento para describir a aquellos que no creen en Dios o que tienen dudas sobre su existencia y su poder. La incredulidad es vista como un pecado en la Biblia, ya que implica una falta de confianza en Dios y en su palabra. En el Nuevo Testamento, la incredulidad se presenta como un obstáculo para la salvación y para la vida cristiana.
Última actualización: 13 mayo, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de incredulidad:
Mateo 13:58
Y no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos.
Marcos 6:6
Y estaba asombrado de la incredulidad de ellos. Y recorría las aldeas de alrededor, enseñando.
Marcos 9:24
E inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: Creo; ayuda mi incredulidad.
Marcos 16:14
Jesús comisiona a los apóstoles(Mt. 28.16-20; Lc. 24.36-49; Jn. 20.19-23) Finalmente se apareció a los once mismos, estando ellos sentados a la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que le habían visto resucitado.
Juan 7:1
Incredulidad de los hermanos de Jesús Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle.
Juan 12:36
Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz. Incredulidad de los judíosEstas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos.
Juan 20:24
Incredulidad de Tomás Pero Tomás, uno de los doce, llamado Dídimo, no estaba con ellos cuando Jesús vino.
Romanos 11:20
Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme.
Romanos 11:23
Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar.
Hebreos 3:19
Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.