El significado bíblico de la palabra arar es de gran importancia dentro del contexto de la Biblia. Esta palabra tiene sus raíces en el hebreo antiguo y su origen se remonta a los tiempos en que la agricultura era una actividad fundamental en la vida de las personas.
En el contexto bíblico, arar se refiere a la acción de labrar la tierra con un arado, un instrumento utilizado para romper el suelo y prepararlo para la siembra. Esta tarea era esencial para garantizar una buena cosecha y asegurar el sustento de las familias.
La etimología de la palabra arar proviene del hebreo "חָרַשׁ" (charash), que significa "esculpir" o "grabar". Esta palabra se utiliza en diferentes pasajes de la Biblia para describir la acción de arar la tierra en preparación para la siembra.
El arado era un instrumento de labranza utilizado en la antigüedad, que consistía en una pieza de madera con una o varias cuchillas en su extremo. El agricultor llevaba el arado por el campo, mientras que un par de animales, generalmente bueyes, tiraban de él. De esta manera, el arado cortaba y removía la tierra, preparándola para recibir las semillas.
En la Biblia, la palabra arar se menciona en varios pasajes, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento, el arar se asocia con el trabajo y el esfuerzo humano, así como con la esperanza de una buena cosecha. Por ejemplo, en el libro de Proverbios se menciona: "Quien trabaja su tierra se saciará de pan, pero quien sigue a los ociosos se llenará de pobreza" (Proverbios 28:19).
En el Nuevo Testamento, Jesús utiliza la metáfora del arar en varias ocasiones para transmitir enseñanzas espirituales. En el Evangelio de Lucas, Jesús habla de la importancia de estar preparados y dispuestos a recibir la Palabra de Dios, comparando el corazón humano con diferentes tipos de suelo. En este contexto, el arar simboliza el proceso de preparación del corazón para recibir la semilla de la Palabra de Dios y permitir que ésta germine y dé fruto en la vida del creyente.
En conclusión, el significado bíblico de la palabra arar se refiere a la acción de labrar la tierra con un arado, preparándola para la siembra. Esta palabra tiene su origen en el hebreo antiguo y se utiliza tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. En el contexto bíblico, el arar simboliza el trabajo, el esfuerzo humano y la preparación del corazón para recibir la Palabra de Dios. Es una palabra que nos invita a estar dispuestos a recibir las enseñanzas divinas y a permitir que éstas transformen nuestra vida.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de arar:
Deuteronomio 22:10
No ararás con buey y con asno juntamente.
2 Samuel 23:11
Después de este fue Sama hijo de Age, ararita. Los filisteos se habían reunido en Lehi, donde había un pequeño terreno lleno de lentejas, y el pueblo había huido delante de los filisteos.
2 Samuel 23:33
Sama ararita, Ahíam hijo de Sarar, ararita,
1 Crónicas 11:34
los hijos de Hasem gizonita, Jonatán hijo de Sage ararita,
1 Crónicas 11:35
Ahíam hijo de Sacar ararita, Elifal hijo de Ur,
Salmos 129:3
Sobre mis espaldas araron los aradores; Hicieron largos surcos.
Isaías 28:24
El que ara para sembrar, ¿arará todo el día? ¿Romperá y quebrará los terrones de la tierra?
Oseas 10:11
Efraín es novilla domada, que le gusta trillar, mas yo pasaré sobre su lozana cerviz; haré llevar yugo a Efraín; arará Judá, quebrará sus terrones Jacob.
Amós 6:12
¿Correrán los caballos por las peñas? ¿Ararán en ellas con bueyes? ¿Por qué habéis vosotros convertido el juicio en veneno, y el fruto de justicia en ajenjo?
1 Corintios 9:10
o lo dice enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto.