La palabra "hermosura" tiene un significado muy importante en el contexto bíblico. En la Biblia, encontramos que este término se utiliza con frecuencia para describir la belleza y la gloria de Dios, así como la belleza de su creación y de aquellos que le sirven.
La palabra "hermosura" tiene su origen en el latín "formosus", que significa "bello" o "hermoso". Esta palabra se deriva a su vez del griego "kállos", que tiene un significado similar. En la Biblia, este término se traduce del hebreo "tiferet", que también se puede traducir como "gloria", "esplendor" o "belleza".
En el Antiguo Testamento, encontramos muchas referencias a la hermosura de Dios. Por ejemplo, en el Salmo 96:6, se dice: "Dad al Señor la gloria debida a su nombre; traed ofrenda y venid a sus atrios. Adorad al Señor en la hermosura de la santidad". Aquí, la hermosura se asocia con la santidad de Dios, y se nos insta a adorarle en su esplendor.
Asimismo, en el libro de Isaías, encontramos varias referencias a la hermosura de Dios. En Isaías 33:17, se dice: "Tus ojos verán al rey en su hermosura, y verán la tierra que está lejos". Aquí, la hermosura se asocia con la visión de la gloria de Dios y la promesa de una tierra bendita.
En el Nuevo Testamento, también encontramos referencias a la hermosura de Dios y su creación. Por ejemplo, en el libro de Mateo, Jesús habla de la hermosura de los lirios del campo, diciendo: "Y si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es, y mañana se echa en el horno, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?" (Mateo 6:30). Aquí, la hermosura se asocia con la provisión y el cuidado de Dios.
Además, en el libro de Apocalipsis, encontramos referencias a la hermosura de la ciudad celestial, la Nueva Jerusalén. En Apocalipsis 21:10-11, se describe: "Y me llevó en el Espíritu a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, teniendo la gloria de Dios. Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal". Aquí, la hermosura se asocia con la gloria de Dios y su presencia en la ciudad santa.
En resumen, la palabra "hermosura" tiene un significado profundo en el contexto bíblico. Se utiliza para describir la belleza y la gloria de Dios, así como la belleza de su creación y de aquellos que le sirven. Esta palabra se origina en el latín y el griego, y se traduce del hebreo como "gloria", "esplendor" o "belleza". A lo largo de la Biblia, encontramos numerosas referencias a la hermosura de Dios y su creación, así como la promesa de una tierra bendita y la visión de la ciudad celestial. En definitiva, la hermosura es un atributo divino que nos invita a adorar y glorificar a Dios.
Última actualización: 03 febrero, 2024
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de hermosura:
2 Samuel 14:25
Y no había en todo Israel ninguno tan alabado por su hermosura como Absalón; desde la planta de su pie hasta su coronilla no había en él defecto.
Job 4:21
Su hermosura, ¿no se pierde con ellos mismos? Y mueren sin haber adquirido sabiduría.
Salmos 27:4
Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.
Salmos 45:11
Y deseará el rey tu hermosura; E inclínate a él, porque él es tu señor.
Salmos 48:1
Hermosura y gloria de SionCántico. Salmo de los hijos de Coré. Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado En la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo.
Salmos 50:2
De Sion, perfección de hermosura, Dios ha resplandecido.
Proverbios 6:25
No codicies su hermosura en tu corazón, Ni ella te prenda con sus ojos;
Proverbios 20:29
La gloria de los jóvenes es su fuerza, Y la hermosura de los ancianos es su vejez.
Isaías 4:2
Futuro glorioso de Jerusalén En aquel tiempo el renuevo de Jehová será para hermosura y gloria, y el fruto de la tierra para grandeza y honra, a los sobrevivientes de Israel.
Isaías 13:19
Y Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios.