La palabra "morar" tiene un significado profundo en la Biblia, representando la acción de vivir o habitar en un lugar de manera permanente. Esta palabra se deriva del latín "morari", que significa "quedarse" o "permanecer". En el contexto bíblico, "morar" se utiliza para describir la presencia de Dios en la vida de las personas y también se refiere a la idea de establecer una relación cercana con Él.
En la Biblia, encontramos múltiples referencias al acto de morar, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. Por ejemplo, en el Salmo 91:1, se dice: "El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente". Aquí, el término "morar" se utiliza para expresar el hecho de vivir bajo la protección y cuidado de Dios.
Asimismo, en el Evangelio de Juan, Jesús habla sobre la importancia de morar en Él y en sus enseñanzas. En Juan 15:4, Jesús dice: "Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí". Esta declaración de Jesús enfatiza la necesidad de tener una relación continua y constante con Él, para poder experimentar la plenitud de vida espiritual.
La idea de morar también se relaciona con la morada de Dios. En el Antiguo Testamento, se menciona el tabernáculo y el templo como lugares donde la presencia de Dios habitaba entre su pueblo. Por ejemplo, en Éxodo 40:34-35 se dice: "Entonces la nube cubrió el tabernáculo de reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Y Moisés no pudo entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y la gloria de Jehová lo llenaba". Esta descripción revela la manifestación tangible de la presencia divina en el lugar de adoración.
No obstante, en el Nuevo Testamento, la idea de morar adquiere un nuevo significado. En lugar de un lugar físico, se hace referencia al corazón del creyente como el lugar donde Dios mora. Por ejemplo, en 1 Corintios 6:19-20 se dice: "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?". Aquí, se enfatiza la importancia de cuidar y honrar nuestro cuerpo como morada de Dios.
En resumen, la palabra "morar" en la Biblia representa la acción de vivir o habitar en un lugar de manera permanente. Esta palabra tiene su origen en el latín y se utiliza para describir la presencia de Dios en la vida de las personas, así como la necesidad de establecer una relación cercana con Él. Además, "morar" también se relaciona con la morada de Dios, tanto en el tabernáculo y el templo del Antiguo Testamento, como en el corazón del creyente en el Nuevo Testamento. En definitiva, "morar" nos invita a buscar una relación continua y constante con Dios, para experimentar su amor, protección y guía en nuestras vidas.
Última actualización: 03 febrero, 2024
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de morar:
Éxodo 12:48
Mas si algún extranjero morare contigo, y quisiere celebrar la pascua para Jehová, séale circuncidado todo varón, y entonces la celebrará, y será como uno de vuestra nación; pero ningún incircunciso comerá de ella.
Levítico 25:6
Mas el descanso de la tierra te dará para comer a ti, a tu siervo, a tu sierva, a tu criado, y a tu extranjero que morare contigo;
Números 9:14
Y si morare con vosotros extranjero, y celebrare la pascua a Jehová, conforme al rito de la pascua y conforme a sus leyes la celebrará; un mismo rito tendréis, tanto el extranjero como el natural de la tierra.
Números 35:25
y la congregación librará al homicida de mano del vengador de la sangre, y la congregación lo hará volver a su ciudad de refugio, en la cual se había refugiado; y morará en ella hasta que muera el sumo sacerdote, el cual fue ungido con el aceite santo.
Deuteronomio 23:16
Morará contigo, en medio de ti, en el lugar que escogiere en alguna de tus ciudades, donde a bien tuviere; no le oprimirás.
Rut 1:1
Rut y Noemí Aconteció en los días que gobernaban los jueces, que hubo hambre en la tierra. Y un varón de Belén de Judá fue a morar en los campos de Moab, él y su mujer, y dos hijos suyos.
1 Samuel 19:18
Huyó, pues, David, y escapó, y vino a Samuel en Ramá, y le dijo todo lo que Saúl había hecho con él. Y él y Samuel se fueron y moraron en Naiot.
1 Samuel 27:5
Y David dijo a Aquis: Si he hallado gracia ante tus ojos, séame dado lugar en alguna de las aldeas para que habite allí; pues ¿por qué ha de morar tu siervo contigo en la ciudad real?
2 Samuel 2:3
Llevó también David consigo a los hombres que con él habían estado, cada uno con su familia; los cuales moraron en las ciudades de Hebrón.
Job 18:15
En su tienda morará como si no fuese suya; Piedra de azufre será esparcida sobre su morada.