La palabra "ordenanza" tiene un significado relevante en la Biblia, especialmente en el contexto religioso. Su origen y etimología se remontan al latín "ordinantia", que significa "acción de ordenar". A lo largo de la Biblia, la palabra "ordenanza" se utiliza para referirse a los mandamientos y leyes divinas establecidas por Dios para guiar la conducta y la adoración de su pueblo.
En el Antiguo Testamento, las ordenanzas de Dios se encuentran principalmente en el libro de Levítico. Estas ordenanzas abarcan una amplia gama de temas, desde rituales de purificación y sacrificios hasta leyes sobre la justicia, la moral y la adoración. Las ordenanzas son consideradas como instrucciones divinas para vivir una vida justa y en comunión con Dios.
En el Nuevo Testamento, Jesús habla sobre las ordenanzas divinas en varios pasajes, especialmente en el evangelio de Mateo. En el sermón del monte, Jesús enseña sobre el cumplimiento de la ley y las ordenanzas, enfatizando la importancia de vivir una vida justa y obediente a los mandamientos de Dios.
Las ordenanzas también se mencionan en las epístolas paulinas, donde el apóstol Pablo habla sobre la relación entre la ley y la gracia. Pablo enfatiza que la salvación no se obtiene a través de la observancia de las ordenanzas, sino por la fe en Jesucristo. Sin embargo, también enfatiza la importancia de vivir una vida santa y en obediencia a los mandamientos de Dios.
En el contexto bíblico, las ordenanzas son vistas como un medio de revelación y guía divina. Representan la voluntad de Dios para la humanidad y proporcionan un marco para vivir una vida justa y piadosa. Las ordenanzas también tienen un propósito pedagógico, enseñando a las personas sobre el carácter y los caminos de Dios.
Es importante tener en cuenta que las ordenanzas bíblicas no deben confundirse con tradiciones humanas o reglas religiosas establecidas por los hombres. Las ordenanzas divinas son consideradas como autoridad suprema y deben ser obedecidas por aquellos que desean vivir en comunión con Dios.
En resumen, la palabra "ordenanza" en la Biblia se refiere a los mandamientos y leyes divinas establecidos por Dios para guiar la conducta y la adoración de su pueblo. Estas ordenanzas son vistas como instrucciones divinas para vivir una vida justa y en comunión con Dios. Representan la voluntad de Dios para la humanidad y proporcionan un marco para vivir una vida piadosa. A través de las ordenanzas, Dios revela su carácter y sus caminos, y enseña a las personas sobre su amor y su justicia.
Última actualización: 03 febrero, 2024
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de ordenanza:
Éxodo 12:43
Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Esta es la ordenanza de la pascua; ningún extraño comerá de ella.
Éxodo 18:20
Y enseña a ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo que han de hacer.
Levítico 8:35
A la puerta, pues, del tabernáculo de reunión estaréis día y noche por siete días, y guardaréis la ordenanza delante de Jehová, para que no muráis; porque así me ha sido mandado.
Levítico 18:4
Mis ordenanzas pondréis por obra, y mis estatutos guardaréis, andando en ellos. Yo Jehová vuestro Dios.
Levítico 18:26
Guardad, pues, vosotros mis estatutos y mis ordenanzas, y no hagáis ninguna de estas abominaciones, ni el natural ni el extranjero que mora entre vosotros
Levítico 19:37
Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra. Yo Jehová.
Levítico 20:22
Guardad, pues, todos mis estatutos y todas mis ordenanzas, y ponedlos por obra, no sea que os vomite la tierra en la cual yo os introduzco para que habitéis en ella.
Levítico 26:46
Estos son los estatutos, ordenanzas y leyes que estableció Jehová entre sí y los hijos de Israel en el monte de Sinaí por mano de Moisés.
Deuteronomio 11:1
La grandeza de Jehová Amarás, pues, a Jehová tu Dios, y guardarás sus ordenanzas, sus estatutos, sus decretos y sus mandamientos, todos los días.
2 Reyes 17:34
Hasta hoy hacen como antes: ni temen a Jehová, ni guardan sus estatutos ni sus ordenanzas, ni hacen según la ley y los mandamientos que prescribió Jehová a los hijos de Jacob, al cual puso el nombre de Israel;