La palabra "iglesia" es una de las más utilizadas en el cristianismo. Sin embargo, muchas personas no saben exactamente lo que significa o cuál es su origen. En este artículo, exploraremos el significado bíblico de iglesia, su etimología y su origen.
La palabra "iglesia" proviene del griego "ekklesia", que significa "convocación" o "asamblea". En la Biblia, se utiliza para referirse tanto a la comunidad de creyentes como al lugar donde se reúnen para adorar a Dios.
En el Nuevo Testamento, Jesús habla de la iglesia en Mateo 16:18, donde dice: "Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella". Aquí, Jesús se refiere a la iglesia como una entidad que Él mismo construirá y que no será vencida por las fuerzas del mal.
Además, en el libro de Hechos, la palabra "iglesia" se utiliza para referirse a la comunidad de creyentes que se reunían en Jerusalén y en otras ciudades. Por ejemplo, en Hechos 2:42-47, se describe la vida de la iglesia primitiva: "Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones. Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades y sus bienes, y los repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos".
Como se mencionó anteriormente, la palabra "iglesia" proviene del griego "ekklesia". Esta palabra se compone de dos partes: "ek", que significa "fuera de", y "kaleo", que significa "llamar". Por lo tanto, "ekklesia" se traduce literalmente como "los llamados fuera".
En la Antigua Grecia, "ekklesia" se utilizaba para referirse a la asamblea de ciudadanos que se reunían para tomar decisiones políticas. Más tarde, los cristianos adoptaron esta palabra para referirse a la comunidad de creyentes que se reunían para adorar a Dios y tomar decisiones importantes para la iglesia.
El origen de la iglesia se remonta al ministerio de Jesús en la Tierra. Él llamó a sus discípulos y los entrenó para llevar el mensaje del evangelio al mundo. Después de la muerte y resurrección de Jesús, los discípulos fundaron la iglesia y comenzaron a predicar en Jerusalén y en otras partes del mundo.
A lo largo de la historia, la iglesia ha experimentado altibajos. En algunos momentos, ha sido una fuerza poderosa para el bien en el mundo, mientras que en otros ha sido acusada de corrupción y abuso de poder. Sin embargo, la iglesia sigue siendo una parte importante de la vida espiritual de millones de personas en todo el mundo.
En resumen, la palabra "iglesia" tiene un significado profundo en la Biblia. Se utiliza para referirse tanto a la comunidad de creyentes como al lugar donde se reúnen para adorar a Dios. Su etimología se remonta a la Antigua Grecia, donde se utilizaba para referirse a la asamblea de ciudadanos que tomaban decisiones políticas.
Última actualización: 13 mayo, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de iglesia:
Hechos 11:26
Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía.
Hechos 14:27
Y habiendo llegado, y reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, y cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles.
Hechos 15:4
Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos.
Hechos 18:22
Pablo regresa a Antioquía y comienza su tercer viaje misionero Habiendo arribado a Cesarea, subió para saludar a la iglesia, y luego descendió a Antioquía.
Hechos 20:28
Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre.