La felicidad es un concepto ampliamente buscado y anhelado por la humanidad. En la Biblia, la palabra "felicidad" adquiere un significado especial y profundo, que va más allá de una simple sensación de placer o satisfacción. Para comprender el significado bíblico de la felicidad, es importante examinar la etimología de la palabra y su origen en los textos sagrados.
La palabra "felicidad" en la Biblia tiene su origen en el término hebreo "ashre", que literalmente significa "bienaventurado" o "afortunado". Esta palabra aparece en numerosas ocasiones a lo largo de los escritos bíblicos, especialmente en los Salmos y en los Proverbios. El concepto de "ashre" implica una bendición divina, una plenitud de vida y una satisfacción profunda que viene de Dios.
En la Biblia, la felicidad no está vinculada a circunstancias externas o a la obtención de bienes materiales. Más bien, se relaciona con una relación íntima con Dios y con una vida en armonía con sus mandamientos. En el Salmo 1:1-3, se describe al hombre feliz como aquel que no sigue el consejo de los impíos, sino que encuentra su deleite en la ley del Señor. Este individuo es comparado con un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su debido tiempo y que prospera en todo lo que hace.
La felicidad bíblica también está estrechamente relacionada con la justicia y la rectitud. En el Sermón del Monte, Jesús pronuncia las bienaventuranzas, en las cuales describe a aquellos que son considerados felices a los ojos de Dios. Estas bienaventuranzas incluyen a los pobres en espíritu, los que lloran, los humildes, los misericordiosos y los perseguidos por causa de la justicia. Jesús enseña que la verdadera felicidad se encuentra en vivir una vida de amor y servicio a Dios y a los demás.
En contraste con la felicidad bíblica, el mundo secular tiende a buscar la felicidad en el éxito, la riqueza y el placer. Sin embargo, la Biblia nos advierte que estas cosas son pasajeras y no pueden brindar una verdadera felicidad duradera. En el libro de Eclesiastés, el sabio rey Salomón reflexiona sobre la vanidad de la búsqueda de la felicidad en las posesiones y en los placeres mundanos, concluyendo que todo es vanidad y aflicción de espíritu.
En resumen, la felicidad en la Biblia no se trata de una emoción momentánea o de una búsqueda egoísta de placer. Más bien, implica una relación íntima con Dios, una vida en armonía con sus mandamientos y una búsqueda de la justicia y la rectitud. La felicidad bíblica se encuentra en vivir una vida de amor, servicio y obediencia a Dios y a los demás. Es una bendición divina que trasciende las circunstancias y que nos llena de una satisfacción profunda y duradera.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de felicidad:
Job 29:1
Job recuerda su felicidad anterior Volvió Job a reanudar su discurso, y dijo:
Proverbios 24:25
Mas los que lo reprendieren tendrán felicidad, Y sobre ellos vendrá gran bendición.