El término astrólogo es encontrado en la Biblia y tiene un significado particular dentro de su contexto. En este artículo exploraremos el significado bíblico de esta palabra, su etimología y origen.
En la Biblia, la palabra astrólogo se menciona en el libro de Daniel, en el Antiguo Testamento. Daniel era un profeta judío que fue llevado al exilio en Babilonia, donde sirvió en la corte del rey Nabucodonosor. En el capítulo 2 del libro de Daniel, el rey tiene un sueño y busca adivinos, encantadores, magos y astrólogos para que le interpreten el sueño.
El término astrólogo en este contexto se refiere a aquellos que practican la astrología, es decir, que estudian los astros y creen que estos tienen influencia en la vida humana. En la antigüedad, la astrología era común en muchas culturas y se creía que los movimientos de los astros podían revelar el futuro y características de las personas.
La etimología de la palabra astrólogo proviene del griego antiguo "astrologos", que a su vez está compuesto por "astron", que significa "estrella", y "logos", que significa "palabra" o "estudio". Por lo tanto, el astrólogo es aquel que estudia o habla sobre las estrellas.
El origen de la astrología se remonta a la antigua Mesopotamia, donde los astrólogos eran considerados sabios y consejeros del rey. Estos interpretaban los movimientos de los astros y los eventos celestiales para predecir el futuro y aconsejar a los gobernantes.
En la Biblia, sin embargo, el uso de la palabra astrólogo no implica una aprobación o respaldo de esta práctica. De hecho, la Biblia advierte en varios pasajes contra la astrología y otras formas de adivinación.
En el libro de Isaías, por ejemplo, se dice: "Como paja se convierten, y su obra se les llevará el viento. Pero mi salvación será para siempre, y mi justicia no desfallecerá" (Isaías 47:13-14). Este pasaje se refiere a los astrólogos y adivinos que fueron incapaces de predecir la caída de Babilonia.
En el Nuevo Testamento, en el libro de Hechos, también se menciona a una mujer llamada Lidia, quien era vendedora de púrpura en la ciudad de Filipo. Se dice que esta mujer "escuchaba con atención" a Pablo y a sus enseñanzas, y que "el Señor le abrió el corazón para que aceptara lo que Pablo decía" (Hechos 16:14). Antes de su conversión al cristianismo, Lidia practicaba la adivinación y posiblemente estaba involucrada en la astrología.
En resumen, el término astrólogo en la Biblia se refiere a aquellos que practican la astrología, una creencia en la influencia de los astros en la vida humana. Aunque se menciona en la Biblia, no se respalda esta práctica y, de hecho, se advierte contra ella en varios pasajes. Es importante recordar que la Biblia es el libro sagrado de los cristianos y su enseñanza debe ser considerada como guía para la vida espiritual.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de astrólogo:
Daniel 1:20
En todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó, los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos que había en todo su reino.
Daniel 2:2
Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey.
Daniel 2:10
Los caldeos respondieron delante del rey, y dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el asunto del rey; además de esto, ningún rey, príncipe ni señor preguntó cosa semejante a ningún mago ni astrólogo ni caldeo.
Daniel 2:27
Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey.
Daniel 4:7
Y vinieron magos, astrólogos, caldeos y adivinos, y les dije el sueño, pero no me pudieron mostrar su interpretación,
Daniel 5:11
En tu reino hay un hombre en el cual mora el espíritu de los dioses santos, y en los días de tu padre se halló en él luz e inteligencia y sabiduría, como sabiduría de los dioses; al que el rey Nabucodonosor tu padre, oh rey, constituyó jefe sobre todos los magos, astrólogos, caldeos y adivinos,
Daniel 5:15
Y ahora fueron traídos delante de mí sabios y astrólogos para que leyesen esta escritura y me diesen su interpretación; pero no han podido mostrarme la interpretación del asunto.