La herencia es un concepto que tiene un gran significado en la Biblia. En su sentido más básico, la herencia se refiere a la transmisión de propiedad, bienes o derechos de una persona a otra. Sin embargo, en el contexto bíblico, la herencia adquiere un significado más profundo y trascendental.
La palabra "herencia" tiene su origen en el latín "hereditas", que a su vez deriva del verbo "heredare", que significa transmitir o recibir bienes por sucesión. En la Biblia, la idea de herencia se remonta a los primeros libros del Antiguo Testamento, donde se menciona cómo Dios prometió una tierra como herencia para su pueblo elegido, Israel.
La idea de herencia en la Biblia está estrechamente relacionada con la promesa de Dios de bendición y provisión para aquellos que le siguen y obedecen sus mandamientos. Por ejemplo, en el libro de Deuteronomio, Dios promete a Israel una tierra "que mana leche y miel" como herencia si ellos guardan sus mandamientos y siguen sus caminos.
En el Nuevo Testamento, el concepto de herencia adquiere un significado aún más profundo. Se nos dice que como creyentes en Cristo, hemos sido adoptados como hijos e hijas de Dios y hemos recibido una herencia eterna. En el libro de Efesios, se nos dice que en Cristo "también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria".
Esta herencia eterna que recibimos a través de Cristo incluye la vida eterna con Dios, la redención de nuestros pecados y la promesa de un lugar en el reino de los cielos. Como hijos e hijas de Dios, somos coherederos con Cristo y participamos de su gloria y bendiciones.
La herencia en la Biblia también implica una responsabilidad para aquellos que la reciben. No solo somos llamados a disfrutar de las bendiciones de nuestra herencia en Cristo, sino también a vivir de acuerdo con las enseñanzas y los mandamientos de Dios. En el libro de Santiago, se nos advierte sobre la importancia de ser "hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos". Nuestra herencia en Cristo nos llama a vivir de manera digna de nuestro llamado y a ser testimonios vivientes de la gracia y el amor de Dios.
En conclusión, la herencia en la Biblia va más allá de una simple transmisión de bienes materiales. Es un concepto que abarca la promesa de Dios de bendición, provisión y vida eterna para aquellos que le siguen y obedecen sus mandamientos. Como creyentes en Cristo, hemos sido adoptados como hijos e hijas de Dios y hemos recibido una herencia eterna que incluye la vida eterna con Dios y la promesa de un lugar en su reino. Sin embargo, esta herencia también conlleva una responsabilidad para vivir de acuerdo con las enseñanzas y los mandamientos de Dios. Que podamos ser fieles administradores de la herencia que hemos recibido y vivir de manera digna de nuestro llamado en Cristo.
Última actualización: 30 junio, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de herencia:
Levítico 25:46
Y los podréis dejar en herencia para vuestros hijos después de vosotros, como posesión hereditaria; para siempre os serviréis de ellos; pero en vuestros hermanos los hijos de Israel no os enseñorearéis cada uno sobre su hermano con dureza.
Números 27:10
y si no tuviere hermanos, daréis su herencia a los hermanos de su padre.
Josué 1:15
hasta tanto que Jehová haya dado reposo a vuestros hermanos como a vosotros, y que ellos también posean la tierra que Jehová vuestro Dios les da; y después volveréis vosotros a la tierra de vuestra herencia, la cual Moisés siervo de Jehová os ha dado, a este lado del Jordán hacia donde nace el sol; y entraréis en posesión de ella.
Job 42:15
Y no había mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra; y les dio su padre herencia entre sus hermanos.
Salmos 2:8
Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.