La palabra "adopción" tiene un significado muy importante en la Biblia y representa un concepto fundamental en la relación entre Dios y los creyentes. Su etimología proviene del latín "adoptio", que a su vez deriva del verbo "ad" que significa "hacia" y "optare" que significa "elegir". Por lo tanto, la adopción implica un acto de elección y aceptación hacia alguien.
En la Biblia, la adopción se menciona en varias ocasiones y tiene un significado profundo. En el Antiguo Testamento, encontramos referencias a la adopción en el contexto de la relación entre Dios y el pueblo de Israel. Por ejemplo, en el libro de Éxodo, Dios le dice a Moisés: "Así dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito" (Éxodo 4:22). Aquí, Dios se refiere a Israel como su hijo adoptivo, lo cual implica una relación especial y cercana.
En el Nuevo Testamento, la adopción se menciona en varias ocasiones y adquiere un significado aún más profundo. El apóstol Pablo, en sus cartas, habla extensamente sobre la adopción y su importancia para los creyentes. En Efesios 1:5, Pablo escribe: "En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad". Aquí, Pablo nos enseña que la adopción es un acto de amor por parte de Dios, quien nos ha elegido y predestinado para ser sus hijos a través de Jesucristo.
La adopción en la Biblia implica varios aspectos importantes. En primer lugar, implica un cambio de estatus. Al ser adoptados por Dios, pasamos de ser pecadores separados de Dios a ser hijos suyos y herederos de su reino. En Romanos 8:15, Pablo escribe: "Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!". Aquí, Pablo nos enseña que a través de la adopción, podemos tener una relación íntima con Dios y llamarlo "Padre".
En segundo lugar, la adopción implica la recepción del Espíritu Santo. En Gálatas 4:6, Pablo escribe: "Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!". Aquí, Pablo nos enseña que a través de la adopción, recibimos al Espíritu Santo en nuestros corazones, quien nos capacita para tener una relación cercana con Dios y nos ayuda a vivir una vida conforme a su voluntad.
En tercer lugar, la adopción implica una nueva identidad. Al ser adoptados por Dios, dejamos de ser esclavos del pecado para convertirnos en hijos de Dios. En 1 Juan 3:1, el apóstol Juan escribe: "Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él". Aquí, Juan nos enseña que a través de la adopción, somos llamados hijos de Dios y nuestra identidad está en él, lo cual nos distingue del mundo.
En conclusión, la adopción es un concepto fundamental en la Biblia que representa el acto de elección y aceptación de Dios hacia los creyentes. Implica un cambio de estatus, la recepción del Espíritu Santo y una nueva identidad como hijos de Dios. La adopción nos permite tener una relación íntima con Dios y vivir de acuerdo a su voluntad. Es un recordatorio del amor incondicional de Dios hacia nosotros y de su deseo de tenernos como parte de su familia.
Última actualización: 03 febrero, 2024
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de adopción:
Romanos 8:15
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!
Romanos 8:23
y no solo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.
Romanos 9:4
que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas;
Gálatas 4:5
para que redimiese a los que estaban bajo la ley, a fin de que recibiésemos la adopción de hijos.