En la Biblia, la palabra "delicado" adquiere un significado especial y profundo. Esta palabra, que tiene una rica etimología y un origen antiguo, se utiliza para describir diversos aspectos de la vida y las experiencias humanas. A través de sus diferentes contextos, la palabra "delicado" nos invita a reflexionar sobre la fragilidad, la sensibilidad y la importancia de cuidar y valorar lo que tenemos.
La palabra "delicado" proviene del latín "delicatus", que significa "delicioso" o "agradable". En su origen, se usaba para describir algo o alguien que era sensible, refinado y de buen gusto. Con el tiempo, esta palabra adquirió matices más profundos y comenzó a utilizarse para expresar la idea de algo frágil o vulnerable.
En la Biblia, la palabra "delicado" aparece en diferentes contextos y se utiliza para transmitir diferentes significados. A menudo, se asocia con la idea de debilidad o fragilidad. Por ejemplo, en el libro de Job, se utiliza para describir cómo Job, en medio de su sufrimiento, anhela la muerte como una liberación de su dolor:
"Oh, si me dieras a mí ser como fui en los meses pasados, como en los días en que Dios me guardaba; cuando su lámpara brillaba sobre mi cabeza, y a su luz yo caminaba por la oscuridad; como era en los días de mi juventud, cuando solía estar en la intimidad con Dios, cuando el Todopoderoso estaba aún conmigo y mis hijos me rodeaban; cuando mis pies se bañaban en manteca, y la roca me derramaba ríos de aceite... Pero ahora se han burlado de mí los que son más jóvenes que yo, cuyos padres yo habría despreciado hasta poner con los perros de mi ganado." (Job 29:2-6, 30:1)
Aquí, "delicado" se utiliza para describir cómo Job añora los días en los que gozaba de la protección y la bendición de Dios. Su vida ha cambiado drásticamente y ahora se encuentra en una situación de debilidad y desesperación. La palabra "delicado" se convierte en un recordatorio de la fragilidad de la existencia humana y la importancia de confiar en Dios en medio de las dificultades.
Además, la palabra "delicado" también se utiliza en la Biblia para describir la sensibilidad y el cuidado que debemos tener hacia los demás. En el libro de Ezequiel, por ejemplo, se habla de cómo los líderes de Israel han fallado en su responsabilidad de guiar y proteger al pueblo:
"Los débiles no fortalecisteis, y a lo enfermo no curasteis; no vendasteis lo perniquebrado, no tornasteis al redil la descarriada, ni buscasteis la perdida; sino que os habéis enseñoreado de ellas con dureza y con violencia." (Ezequiel 34:4)
Aquí, "delicado" se utiliza para destacar la falta de compasión y cuidado por parte de los líderes. Esta palabra nos recuerda la importancia de tratar a los demás con sensibilidad y consideración, especialmente a aquellos que están en situaciones de vulnerabilidad o necesidad.
En resumen, la palabra "delicado" en la Biblia nos invita a reflexionar sobre la fragilidad de la vida humana y la importancia de cuidar y valorar lo que tenemos. A través de sus diferentes contextos, esta palabra nos recuerda la necesidad de confiar en Dios en medio de las dificultades y de tratar a los demás con sensibilidad y cuidado. Es un recordatorio de que, aunque somos frágiles, también somos valiosos y dignos de amor y atención.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de delicado:
Génesis 29:17
Y los ojos de Lea eran delicados, pero Raquel era de lindo semblante y de hermoso parecer.
Deuteronomio 28:54
El hombre tierno en medio de ti, y el muy delicado, mirará con malos ojos a su hermano, y a la mujer de su seno, y al resto de sus hijos que le quedaren;
1 Reyes 19:12
Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado.
Salmos 23:2
En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Proverbios 4:3
Porque yo también fui hijo de mi padre, Delicado y único delante de mi madre.
Proverbios 23:3
No codicies sus manjares delicados, Porque es pan engañoso.
Jeremías 25:37
Y los pastos delicados serán destruidos por el ardor de la ira de Jehová.
Daniel 10:3
No comí manjar delicado, ni entró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta que se cumplieron las tres semanas.