La palabra "corrosión" tiene un significado profundo en el contexto bíblico. En la Biblia, la corrosión se refiere a un proceso de deterioro o descomposición que afecta tanto a objetos materiales como a las relaciones personales. Etimológicamente, la palabra "corrosión" proviene del latín "corrosio", que a su vez deriva del verbo "corrodere", que significa "roer" o "desgastar". Este término también tiene sus raíces en el griego "kórsis", que se traduce como "corrosión" o "corrupción".
En la Biblia, la corrosión se menciona en varios pasajes que describen tanto el deterioro físico como el espiritual. Un ejemplo de esto se encuentra en el Evangelio de Mateo, donde Jesús habla sobre el almacenamiento de tesoros en la tierra. En Mateo 6:19-20, Jesús dice: "No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido los destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido los destruyen, y donde los ladrones no se meten a robar". En este pasaje, la polilla y el óxido representan la corrosión que afecta a los bienes materiales y la importancia de buscar tesoros eternos en lugar de los terrenales.
Otro ejemplo de corrosión en la Biblia se encuentra en el libro de Santiago, donde se habla sobre la corrosión de las riquezas y la injusticia social. Santiago 5:2-3 dice: "Vuestras riquezas están podridas y vuestras ropas están apolilladas. Vuestro oro y vuestra plata están corroídos; y su corrosión testificará contra vosotros y devorará vuestras carnes como fuego. Habéis acumulado tesoros en los últimos días". En este pasaje, la corrosión se utiliza como una metáfora de la decadencia y la injusticia que resulta de la acumulación de riquezas sin consideración por los demás.
La corrosión también se menciona en relación con las relaciones personales y la moralidad. En el libro de Proverbios, se advierte sobre los efectos corrosivos de la maledicencia y la calumnia. Proverbios 16:28 dice: "El hombre perverso siembra contiendas, y el chismoso separa a los mejores amigos". Aquí, la corrosión se representa como la división y la destrucción de las relaciones causadas por las palabras dañinas y los chismes.
En resumen, la corrosión en el contexto bíblico se refiere tanto al deterioro físico como al espiritual. Representa la descomposición y el desgaste de los bienes materiales, así como la decadencia moral y las relaciones dañadas. La Biblia nos enseña a buscar tesoros eternos y a evitar la acumulación de riquezas sin consideración por los demás. También nos insta a cuidar nuestras palabras y evitar la maledicencia y la calumnia, que pueden corroer las relaciones personales. La corrosión en la Biblia nos recuerda la importancia de vivir una vida justa, centrada en Dios y en el amor hacia los demás.
Última actualización: 12 octubre, 2023
Hemos encontrado los siguientes pasajes que hablan de corrosión:
Levítico 13:55
Y el sacerdote mirará después que la plaga fuere lavada; y si pareciere que la plaga no ha cambiado de aspecto, aunque no se haya extendido la plaga, inmunda es; la quemarás al fuego; es corrosión penetrante, esté lo raído en el derecho o en el revés de aquella cosa.